Los pueblos del Amazonas, "amenazados como nunca"
Francisco les entregó a un grupo de indígenas su encíclica "Laudato Si", traducida en las lenguas locales.(ANSA) - PUERTO MALDONADO - El papa Francisco entregó hoy a los representantes de los pueblos del Amazonas su encíclica "Laudato Si", traducida en las lenguas locales, y habló de la amenaza bajo la cual, a su juicio, viven esas poblaciones en sus tierras, como nunca antes. "Aquí, junto a ustedes, me brota del corazón el canto de San Francisco: 'Laudato si', mi señor", dijo el Pontífice en el inicio de su discurso a los pueblos amazónicos, en Puerto Maldonado. "En ustedes -declaró Francisco- quiero agradecer y saludar a todos los habitantes de la Amazonía. Veo que han venido de los diferentes pueblos originarios de la Amazonia", entre ellos, Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís. "Veo también que nos acompañan pueblos que vienen de los Andes y llegaron a la selva o se hicieron amazónicos", prosiguió. Es "imprescindible hacer esfuerzos para crear espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos originarios, asumiendo y rescatando su cultura, idioma, tradiciones, derechos y espiritualidad", afirmó el jefe de la Iglesia Católica.
"El reconocimiento y el diálogo serán la mejor manera de transformar las viejas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación", añadió. Un diálogo intercultural, insistió el Santo Padre, "en el que ustedes son" los principales interlocutores, sobre todo cuando emergen grandes proyectos que "interesan a sus espacios".
"Deseé mucho este encuentro. Gracias por su presencia y porque me ayudaron a ver más de cerca, en sus rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una infinita variedad y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual", aseveró Francisco.
"Quienes no habitamos en estas tierras necesitamos su sabiduría y su conocimiento para poder entrar, sin destruirlo, en el tesoro que encierra esta región. Y resuenan las palabras del Señor a Moisés: "Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde tú estás es tierra santa (Éxodo 3:5)".
"Permítanme repetir una vez más: que seas alabado, Señor, por esta maravillosa obra de los pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que contienen estas tierras", exclamó el Papa. Según Francisco, sin embargo, "este canto de alabanza se rompe cuando escuchamos y vemos las profundas heridas que lleva consigo el Amazonas y sus pueblos".
"Y quise venir a visitarlos y a escucharlos para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus retos y con ustedes reafirmar una opción convencida para la defensa de la vida, para la defensa de la tierra y para la defensa de las culturas".
En ese sentido, el argentino Jorge Mario Bergoglio aseveró: "Probablemente los pueblos originarios de la Amazonía nunca han estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora". "La Amazonía es una tierra disputada en varios frentes -explicó-: por un lado, el neo-extractivismo y la fuerte presión de los grandes intereses económicos que dirigen su codicia sobre el petróleo, el gas, el oro, los monocultivos agro-industriales; por otro lado, la amenaza a sus territorios también proviene de la perversión de ciertas políticas que promueven la 'conservación' de la naturaleza sin tomar en cuenta al ser humano y, de hecho, a los hermanos amazónicos que viven allí".
"Esta problemática -añadió el Pontífice- asfixia sus pueblos y causa migraciones de las nuevas generaciones frente a la falta de alternativas locales". "Tenemos que romper el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de Estados sin tener en cuenta sus habitantes", concluyó.