Morgues saturadas por ola de violencia

El escándalo del "camión de la muerte" puso en evidencia un grave problema, producto de 12 años de guerra anticrimen.
jueves, 20 de septiembre de 2018 · 19:02

(ANSA) - El escándalo del "camión de la muerte" que transitó días atrás por Guadalajara, oeste de México, y su periferia con más de 250 cuerpos, puso en evidencia el problema de la saturación de cadáveres en las morgues del país, tras 12 años de guerra anticrimen.

El caso provocó la renuncia el martes del director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), Octavio Cotero, y un día después del fiscal general de Jalisco, Raúl Sánchez, en medio de una controversia política.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, dijo a los medios, el miércoles a la noche, que el problema se debió a la "indolencia y falta de sensibilidad que de ninguna manera se puedo tolerar".

Sin embargo, rechazó haber estado enterado "de la acumulación y el traslado de los cuerpos".

Cotero afirmó que son 400 los cuerpos que no tienen "destino final", es decir, que no pueden ser inhumados porque falta que sus familiares los reclamen o forman parte de investigaciones en curso.

De ellos, 300 fueron colocados en dos contenedores remolcados por camiones dejando a su paso un hedor insoportable y el resto en las instalaciones del IJCF.

Con 1.533 asesinatos en lo que va del año, casi la cifra total de 2017 (1.552), Jalisco rompió el récord de homicidios intencionales y la única morgue en Guadalajara, la capital, no da abasto para alojar a los cadáveres.

El futuro ministro de Seguridad Pública Alfonso Durazo afirmó que el tema "habla de la insuficiencia de la capacidad instalada en los Servicios Médicos Forenses para conservarlos".

"Es una expresión de la dimensión de la tragedia que está viviendo el país", señaló el responsable de combatir al crimen organizado bajo la gestión del presidente entrante Andrés López Obrador, que asumirá su cargo el próximo 1 de diciembre.

El atroz asunto del "tráiler de la muerte", con cuerpos no reclamados hasta ahora, que buscan un lugar para ser inhumados, para tener un "destino digno y apegado a los derechos humanos", como dijo el gobernador Sandoval, no es privativo de Jalisco, donde opera el cártel del mismo nombre, el más poderoso del país.

En la morgue del centro veraniego de Acapulco, estado de Guerrero, costas del Pacífico, hay cinco cámaras frigoríficas con una capacidad para 150 cuerpos.

Mientras tanto, en Chilpancingo, la capital del estado, posee tres cámaras para 90 cuerpos, e Iguala, la tercera urbe en importancia de Guerrero, tiene una sola cámara para 30 cuerpos Fuentes del Servicio Médico Forense señalaron que los restos humanos se apilan debido al aumento de la violencia en Guerrero, así como del exceso de trabajo de los peritos, quienes tienen mucho retraso en sus exámenes de genética forense, de antropología y dactiloscopía. En el estado se cuenta con casi 800 cadáveres a la espera de ser identificados y reclamados, pero en las cámaras frigoríficas sólo hay capacidad para unos 270 cuerpos en los tres principales municipios, un tercio de los 750 cadáveres existentes. De los cuerpos almacenados desde 2011 en las cámaras frigoríficas, al menos el 80% fueron víctimas de violencia. El pasado 22 de abril, 31 cadáveres no reclamados por sus deudos en la morgue de Acapulco fueron enviados al Panteón Estatal Forense, ubicado en Chilpancingo para su identificación y conservación.

En mayo de 2014, estalló otro escándalo en el estado de Morelos, vecino a la capital, cuando fue hallado en la localidad de Tetelcingo una gigantesca fosa común, de la cual fueron exhumados dos años más tarde 117 cuerpos humanos.

Los cadáveres fueron inhumados sin seguir los protocolos legales porque no cabían en las morgues y no había manera de mantenerlos en buenas condiciones, además de no haber sido reclamados, según declaró el gobierno local.

"Es posible que se trate de encubrimiento de delitos por parte de las autoridades de la fiscalía del estado", arrojó un informe elaborado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Desde que estalló en diciembre de 2006 la guerra contra el crimen, con apoyo de las fuerzas armadas, se contabilizan unos 240.000 muertos, y unos 40.000 desaparecidos.

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