Vitivinicultura: esperanzas o milagros

Apenas una semana resta para la el momento más emblemático de la provincia. No hay otros tres días en el año donde se concentre tanta preocupación porque todo salga bien, ya sea en lo social como en lo político.

La pasada semana comentábamos sobre la tensión entre productores y Gobierno por el aumento tarifario que ponía en serios aprietos a la mayoría de los productores. Era previsible que la sangre no llegaría al río; nadie en el Gobierno se arriesgaría a tener productores en la calle pocos días antes de la fiesta o en la misma Fiesta.

El último martes, Gobierno y productores se volvieron a ver la cara para intentar avanzar en soluciones que tampoco pueden ser de fondo, porque esa llave está en los escritorios nacionales.

Uno de los participantes de la reunión por el lado de los productores aseguró que notó preocupación en los funcionarios, pero “básicamente los que hemos logrado es un paliativo, pero no una solución de fondo que es lo que se necesita”.

En esta instancia productores y Ejecutivo acordaron el retiro y reintegro de la tarifa referencial que es uno de los ítems altos en las facturas de los últimos dos meses de 2017 y enero de 2018, como también la financiación de los importes de este primer mes del año en seis cuotas sin interés, cosa que los productores pretenden se reitere para las boletas de febrero y marzo.

Los dos lados de la mesa, sin embargo, están esperanzados en que el Gobierno Nacional entienda la necesidad de fijar una tarifa diferencial de riego agrícola, la reunión con las autoridades nacionales podría confirmase con fecha la próxima semana y no se descarta que sea dentro del escenario vendimial, de acuerdo con quienes sean finalmente los funcionarios nacionales que se lleguen a Mendoza para participar de los festejos.

Desde el sector productivo preferirían dejar pasar Vendimia y después reunirse en Buenos Aires: “Los vahos vendimiales los obnubilan a todos y prometen todo, pero después no llega nada” dijeron.

La idea que ronda en el Gobierno Provincial es replicar el modelo de presión que tuvo éxito con la prohibición de publicidad para vino y los impuestos internos, y tampoco descartan sumar a alguna otra provincia en el reclamo por la tarifa diferencial para los sectores agroproductivos regionales.

Quizás sería bueno buscar algún reaseguro sobre los beneficios que se puedan conseguir, para intentar apenas sostener las producciones regionales no terminen siendo aprovechados por quienes integran el complejo agroexportador más fuerte de la Argentina.

La vitivinicultura -y en general todas economías regionales- sigue viviendo realidades contrastantes, mientras los productores siguen penando y buscando herramientas que procuren recuperar ganancias y competitividad. El mundo Premium del sector continúa desarrollando productos de élite, presentándolos y cerrándose en un nicho que solo beneficia a esa parte superior del mundo del vino.

El consumo no solo no se estabiliza, sino que sigue cayendo. Nada hace prever que enero arrojará números positivos respecto a un año atrás cuando, en unos días, el INV dé a conocer los datos de comercialización del primer mes de 2018.

La preocupación no solo atañe a los productores de las uvas para los caldos mendocinos. Esta semana el mendocino Carlos Ianizzotto, presidente de CONINAGRO se reunió con la Ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, para dialogar la situación de muchos productores, sobre todo en el Norte Argentino es muy preocupante casi lindante con la pobreza. La idea que CONINAGRO gestiona ante Acción Social de la Nación es poner en marcha, con el apoyo del Estado, pequeños y medianos proyectos que permitan a poblaciones y productores vulnerables desarrollarse en torno a las economías regionales.

En ningún rincón del país parece fácil la realidad de los sectores productivos. La Vendimia abre esperanzas por estos pagos, pero es cierto que cada vez esas esperanzas son más cortas, excepto que se transformen en milagros.