La columna política de Diario Uno

lunes, 21 de mayo de 2018 · 07:00

Resultado paradójico: la crisis tonificó a Cornejo

Poder afuera, líos adentro. El gobernador, en la mesa chica de Macri junto a Sanz, mientras Cobos amaga con volver y se aligera la Corte

por Andrés Gabrielli para diario Uno

La batalla mayor que está librando el gobierno de Macri en pos de devolverle alguna tranquilidad duradera al país y una senda de relativa normalidad, terminó resultando positiva para Alfredo Cornejo.

El radicalismo que preside el gobernador es una pieza valiosa de la alianza Cambiemos. Y, en situaciones de crisis y tormentas huracanadas, se vuelve fundamental.

Una señal evidente de cuánto cotiza, en la actual coyuntura, la marca UCR fue la convocatoria de Ernesto Sanz, uno de sus nombres más emblemáticos, aun dentro de su inactividad actual.

Con Cornejo, Sanz y el jujeño Gerardo Morales más el jefe de Diputados, Emilio Monzó (oveja negra reivindicada) y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dentro de la mesa chica del poder, queda establecido un nuevo manual de operaciones.

Un manual de crisis.

Como cuando se enciende la batiseñal en el cielo encapotado de Ciudad Gótica.

Es el retorno de la política.

¿Por necesidad extrema o convicción? ¿Por mera exigencia coyuntural, como las desorbitantes tasas del Central, o como golpe de timón permanente en la gestión de poder?

Preguntas clave para entender lo que viene de ahora en más.

 

¿Quién remplazará a Cornejo?

A Cornejo, en resumidas cuentas, le vino bien la crisis en términos políticos estrictamente personales.

Lo reubicó en la cúspide de la alianza nacional, junto a correligionarios como Morales y Sanz con los que se conoce y respeta.

Está en su salsa.

Y el hecho de sentirse influyente también fuera de la provincia le ayudará a retrasar al máximo posible, quizá hasta los últimos minutos, la inevitable fuga de poder que afecta a un mandatario sin reelección.

Podría aducirse, desde el discurso políticamente correcto y buenista que, como están las cosas, no es apropiado hablar de herencias, de delfines y de internas partidarias. Hay otras prioridades para la gente.

Pero la política no es el calle. Es otro ámbito. Paralelo o subterráneo. Y puede ir activando este engranaje en las catacumbas. Como ya ocurre en este preciso instante.

La danza de nombres para reemplazar a Cornejo está en boca de todos los radicales y los macristas.

Entre ellos, de Julio Cobos & Cia.

 

Cobos, ¿juega o no juega?

El factor Cobos es uno de los pocos elementos que logra poner nerviosa a la plana mayor del cornejismo mendocino, allí donde anidan y muestran sus plumas aquellos que se sienten con peso suficiente como para probarse el traje de sucesor.

Julio César Cleto Cobos no es un personaje ni un competidor menor.

Su indescifrable e inimitable estilo Cleto le ha permitido conservar e incluso robustecer un capital que le ha sido esquivo a cualquier otro ex gobernador desde el '83 hasta acá, contando a Pilo Bordón: el hecho de estar en carrera para volver al sillón de San Martín.

Misterios de dicha popularidad aparte, lo concreto es que, hoy, a Cobos parece divertirle ese juego del gato y el ratón en torno a su posible candidatura.

Tira algunas señales ambiguas, para que la duda quede flotando. Carcomiendo. Sonríe con picardía, ante cualquier requisitoria periodística. Y sonríe todavía con la boca más ancha cuando algunas de sus espadas locales,como el intendente lasherino Daniel Orozco, lo instala firmemente como competidor de los cornejistas Kerchner, Suárez, García Zalazar o el macrista De Marchi.

Pero, en resumidas cuentas, hoy, confortable y activo en su banca del Senado, ¿Cobos quiere o no quiere anotarse en la puja local?

"Está decidido en un 51%", se pavonean, desafían los integrantes de su guardia pretoriana.

Él, individualmente, nunca daría semejante precisión. No ahora.

Uno de los secretos del estilo Cleto es su condición de inasible. El resultar ilegible para la política tradicional. Lo cual desespera a sus correligionarios y agita un oleaje suave, amable, hacia los ciudadanos.

Enmaraña algo más la trama la circunstancia de que el ex vicepresidente y ex gobernador no está solo.

Lo sigue, lo flanquea y, también, lo motiva un segmento del radicalismo local que cuenta con nombres de peso como los intendentes: el lasherino Orozco, el guaymallino Iglesias o el juninense Abed. También la vicegobernadora Laura Montero, una pieza díscola, embrolladora para el Gobierno, que el cobismo podría mover en múltiples direcciones. Incluso en dirección a Capital, si Rody Suárez se decide a ir por la gobernación.

Ahora bien, todo este entretenido puzzle de las candidaturas podrá seguir alegremente su curso siempre y cuando el país se tranquilice y Cornejo mantenga esta misma fortaleza que ostenta y esgrime hoy.

Si, en cambio, el país, bajo las turbulencias económicas, entra en una fase más aguda y delicada, los radicales ya no estarán en condiciones de jugar el juego que más les gusta: el internismo apasionado, loco, cual orgía romana.

Tendrán que darse una serena solución con un acuerdo a puertas cerradas.

 

Más buenas noticias de la Justicia

La Justicia volvió a darle una noticia halagüeña al Ejecutivo. Con un origen repetido: la Suprema Corte.

Una semana antes, fue la convalidación del ítem aula con un voto plenario. Ahora con el anuncio de la jubilación de uno de los supremos, Alejandro Pérez Hualde.

¿Por qué buena noticia? Porque Pérez Hualde, que había ingresado al máximo tribunal gracias a las simpatías del radicalismo, con el paso de los años se había vuelto una pieza incómoda. Se lo veía, no como un antagonista frontal, beligerante, cual si fuera militante de Justicia Legítima; pero sí como alguien influenciable, maleable, poroso al canto de sirenas del colectivo de magistrados opositores.

Y ante el anunciado retiro jubilatorio de Pérez Hualde estalló, en la arena mediática y, también, en los pasillos de Tribunales, de la Casa de Gobierno y de las capillas políticas, la inevitable quiniela de apellidos.

Aunque el gobernador no haya abierto la boca. Ni la vaya a abrir en breve.

Quien se apuró expresar una simpatía personal fue Julio Cobos. ¡No le iban a quitar tal regocijo!

Pues bien, el preferido de Cobos es Juan Carlos Jaliff, su preciado vicegobernador de 2003 a 2007.

Lo manifestó consciente de que Jaliff no tiene ninguna posibilidad. Pero deja una muesca en el bastón.

Nombres, hay muchos más. Incluyendo a mujeres como Day, Ábalos o Silvestre. Sería una posibilidad de honrar, mínimamente, el cupo femenino que no disgusta al presidente del tribunal, Jorge Nanclares y que exige Laura Montero. Sabiendo, por otro lado, que la anterior mujer en la Corte, Aída Kemelmajer, dejó la vara muy alta.

Dicen las malas lenguas que el preferido de Cornejo es su ministro de Gobierno, Dalmiro Garay. Pero este es fundamental en la gestión. Algo así como Marcos Peña para Macri.

¿Será el procurador Alejandro Gullé, entonces?

Puede ser. Especular sale gratis, para todos nosotros.

Hay algo firme de qué agarrarse. El perfil del candidato/a definido con justeza por un estrecho colaborador de Cornejo. Saquen hoja, lápiz y anoten los interesados.

Dice: "Lo que va a buscar seguro el gobernador es un magistrado comprometido con las nuevas políticas judiciales que hemos impulsado desde el Ejecutivo y que esté preparado para liderar esos cambios.

"Que entienda que la Justicia es un actor indispensable en el combate contra la inseguridad.

"Que esté involucrado con la oralidad, con trabajar de tarde, con revisar el tema de la feria judicial y que entienda que el juez es un servidor público importantísimo, por el rol que cumple, pero que ello no implica tener privilegios".

Amén.

Están avisados.

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