Vitivinicultura: buena cosecha, ¿mal precio?

viernes, 4 de mayo de 2018 · 07:00

Por Marcelo López especial para MendoVoz

Finalmente las cifras de la cosecha 2018 cerrarán en los 25 millones de quintales, 2 millones más de la banda máxima pronosticada por el INV, que había preanunciado entre 22 y 23 millones. Con las cifras sobre la mesa, las caras de preocupación en los estratos productivos del mundo vitivinícola comienzan a agrandarse.

No solo no aparecen respuestas a los problemas ya existentes, sino que la excelente cosecha puede complicar aún más la situación. La lista de preocupaciones está encabezada por el precio. Con esta cosecha y la caída de mercado, el stock vínico saltará a unos 8 meses, reeditando situaciones ya vividas unos años atrás.

Los productores y dirigentes aseguran que no es solo culpa de la mayor cosecha. “Que el INV, del pronóstico en febrero en vez de diciembre, o que lleguemos a hoy (NdR: miércoles 2 de mayo) sin reglamentar el acuerdo Mendoza-San Juan favorece a los especuladores y vivillos” se escucha comentar en las mesas vitivinícolas.

La crisis se acerca y no se ven reacciones para pararla. Esta es la conclusión unánime de todos los consultados, la primera reacción de esta tormenta perfecta -alta cosecha, sobrestock y caída de consumo a la vez- será la caída del precio del vino, lo que seguramente motivará que muchas bodegas quieran renegociar el precio de la uva que ya compraron y elaboraron, aseveran los consultados.

No es algo que ya no haya pasado. Si usted lector no está muy empapado en este mundo, seguramente no conoce que la mayoría de la uva no se paga en el momento de entrar en bodega sino varios días o meses después y con cheques a largo plazo. Lo que produce sin dudas el momento de mayor debilidad del productor: ya tiene la uva entregada, por lo general también elaborada por la bodega y él recién y tarde llega a cobrar. En este contexto, no sería extraño que las renegociaciones amistosas o de facto se vuelvan una “normalidad” en el proceso.

“Si pasó el año pasado con una mala cosecha imagínate este año” dice un reconocido enólogo y productor que nos cuenta su experiencia de la cosecha pasada con una bodega reconocida mundialmente, “Le vendí a 21 y dos meses después cuando llegué a buscar el cheque, me habían liquidado a 18 de facto”

Entre tanto, siguen las negociaciones con la Nación y la Provincia por los fondos para la lucha contra la lobesia.  Sobre el fin de la semana pasada, en una larga reunión, los técnicos de todas las entidades representativas del sector analizaron el presupuesto que se necesitaría en este 2018 para continuar la campaña de erradicación de la polilla. El número al que arribaron ronda los 300 millones de pesos, una cifra insignificante para un presupuesto nacional, pero que en el marco del desmantelamiento paulatino de los organismos de control como el SENASA, parece una enormidad.

Con el trabajo de los técnicos, los presidentes de las entidades pedirán una reunión con el Ministro de Agricultura, “pero viene muy difícil” confesaron desde la mesa de negociación.

Caída de consumo, buena cosecha, caída de precio, no hay respuestas a los reclamos por las tarifas energéticas, y para colmo, deserción del Estado en la lucha contra la lobesia. Parece un combo que tiene todo para explotar y, como dice un habitué de las mesas vitivinícolas y productivas “Sabemos que el sector no es el principal de nuestro producto bruto, pero somos el principal componente del producto bruto social y, del humor del sector productivo depende mucho el humor de la provincia”.

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