Panorama vitivinícola: Invierno caliente en el desierto

viernes, 12 de junio de 2020 · 08:12

por Marcelo López especial para MendoVoz

El cimbronazo se sintió en todos lados. El mundo empresario-político se movió de repente. Mientras todos miraban lo que pasaba con el bichito, el Gobierno nacional sorprendió con el DNU de intervención del complejo agroalimentario Vicentín.

No es que no estuviera en los planes, de hecho, desde varios días atrás se hablaba de tres posibles salidas al complejo tema y una de esas era precisamente la asunción del control de la empresa por parte del Estado. 

Quizás lo que sorprendió fue el momento. La decisión dejó claro que tal como había trascendido hace días se venía estudiando la alternativa que dejó afuera intentos de fondos de inversión extranjeros camuflados detrás de supuestos empresarios locales (incluso alguno mendocino) de quedarse con el control de la única gran empresa agroalimentaria de origen y capital mayoritario nacional.

La decisión también tiene afectación en la industria vitivinícola ya que los santafesinos globalizados tienen en Mendoza, Vicentín Family Wines asentada en el 100 por ciento de la exbodega Sottano y una parte importante de Viñas Argentinas en sociedad con un grupo alemán, junto a varias hectáreas de viñedos en el Valle de Uco. Además, poseen una planta de jugo de uvas y mosto en San Juan. Entre todos los emprendimientos del sector emplean en forma directa a unas 500 personas a lo que hay que sumar a un número importante de productores en ambas provincias que entregan sus uvas a la empresa que, desde los cereales, se expandió a la ganadería, la lechería, la vitivinicultura y los biocombustibles.

Sin embargo, en las últimas horas, algunas fuentes cercanas al Ministerio de la Producción aseguraron que no todas las empresas del grupo que se expropiarían y las inversiones vitivinícolas quedarían fuera del paquete que pasaría a manos del Estado

Mientras el Caso Vicentín se lleva las luces, los números del INV volvieron a marcar un alza controlada en la exportación y se esperan los despachos al mercado interno para tener una idea más acabada de cómo puede venir el año mientras ya fueron liberados al mercado los caldos de este 2020. Por primera vez en mucho tiempo la consolidación del crecimiento moderado de las exportaciones y los primeros cuatro meses al alza del mercado interno marcan un equilibrio interesante que ojalá perdure el resto del año en un contexto muy difícil.

La preocupación viene por el lado del combate de la polilla de la vid. No hay ley de cofinanciamiento porque ya venció y no se envió ni un nuevo proyecto ni prórroga del anterior y no es un secreto que ni los Estados provinciales ni los productores están en condiciones de financiar los trabajos que deben empezar ya para aplicar los productos en los últimos días de agosto o primeros de setiembre.

El factor hídrico también preocupa y mucho. En las próximas horas habrá una reunión del sector cooperativo con el Superintendente de Irrigación, mientras los equipos técnicos de la COVIAR continúan las reuniones regionales en busca de recabar información y propuesta para el Plan Estratégico Vitivinícola.

Se sabe que el otoño-invierno trae algo de calma mientras las viñas toman fuerza para una nueva cosecha, pero da la impresión que este será un invierno caliente en el desierto. 

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