Panorama vitivinícola: Nada será igual después del virus

viernes, 10 de julio de 2020 · 08:57

Por Marcelo López especial para MendoVoz

“Que le pasa a mi camión que no arranca, que no arranca”, decía el estribillo de un viejo tema festivo que más de una vez debe haber sonado en las hileras mientras se cosechaba o se hacían las tareas culturales en el duro invierno mendocino.

Y qué le pasa al mercado que no arranca más allá de las esperanzas que para algunos significó un posible aumento del consumo, por qué los consumidores podrían consumir más en las casas encerrados en esta pandemia.

Las lecturas son múltiples y, como en el Derecho, hay media biblioteca a favor y media biblioteca en contra. Hay quienes creen que el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) era tan importante para el mercado vitivinícola a nivel nacional e internacional que será difícil reemplazarlo por el consumo hogareño. Otros creen que el hábito de tomar en casa volverá y que el consumidor mejorará incluso la calidad o el rango de precios en el cual consume los vinos ya que por la plata que consumía en un restó puede acceder a vinos de mejor relación calidad precio para tomar en su casa.

Pero todo son ensayos en mesas de arena, si bien la cuarentena ya parece eterna es precoz aún para realizar un análisis certero de mercado. Habrá que ver en los próximos días-meses cómo termina de evolucionar no solo el mercado sino fundamentalmente la pandemia.

¿Qué esta pasando en Mendoza? Hay cierta esperanza en una tonificación del precio ya que los stocks se redujeron mucho y quienes conocen lo que hay dentro de las bodegas aseguran que incluso habría un poco menos que los 4,4 meses que el INV anuncia como stock técnico. Claro que se desata otra discusión: ¿quién cargará con esa tonificación del precio? Algunos -como siempre- creen que se debe trasladar al consumidor; otros creen que el canal debe ajustar clavijas para trasladar lo menos posible al precio final en un momento en el que el vino se volvió competitivo en las góndolas.

Lo que es seguro, para quienes analizan el mundo vitivinícola, desde fuera es que el mundo de la industria cambió o cambiará definitivamente y que ya no hay margen para las "súper premiunizaciones", ni los emprendimientos con varias oficinas de lujo y secretarias y gerentes de alta gama. 

La pandemia también descubrió el mundo de la comercialización directa para muchas bodegas que están viendo que los nuevos consumidores tienen otra relación con el proceso de compra y selección de los vinos, brindándole a los elaboradores un margen de maniobra mucho más importante en los precios.

Grandes jugadores como el movimiento cooperativo lo vieron antes y aumentaron notablemente su participación en el mercado de los vinos un poquito arriba del entry level y marcas como Estancia Mendoza ya están arañando el 10% de ese nicho en el mercado interno y siguen siendo líderes en el tetrabrik y las botellas de los vinos genéricos.

Esta etapa llega también, como decíamos la semana pasada, con un INV mucho más activo en el acompañamiento a la industria más allá de lo técnico y continúa con las reuniones con los actores del sector, pero no solo productores y bodegas, sino con proveedores de insumos o canales de comercialización y emprendedores de marketing, comunicación y tecnología. Es momento de repensar fuerte la industria porque hay algo muy claro; nada, ni el consumo hogareño ni el canal Horeca, volverá a ser igual que antes del virus.

 

Otras Noticias