Vendimia 2021: ¿cosecha sí, Fiesta no?

viernes, 28 de agosto de 2020 · 10:14

por León Repetur especial para MendoVoz

Como pasa siempre a esta altura del año comienzan los debates acerca de la Fiesta Nacional de la Vendimia. De esta situación, que de repetitiva se pone aburrida y cansadora, se sale de una sola manera. Y no es haciendo lo que siempre hacemos: parches y más parches.

En estos años probamos de todo para hacer la Fiesta: Comisión Vendimia manejada por Turismo, empresa privada manejada por Los Andes, Secretaría o Ministerio de Cultura a cargo.  El resultado es siempre el mismo: improvisación, pagar más en cada licitación, conflicto con el sector artístico, borrada de las bodegas, hoteles, agencias de turismo, empresas de transporte, gastronómicos, etc. 

Mal manejo de los tiempos, no capitalización de las experiencias, pérdida de Patrimonio Vendimial, uso deficiente del Teatro Griego, olvido de cumplimiento de la Ley de Creación del Museo de la Fiesta Nacional de la Vendimia, entre otras falencias que se pueden enumerar.

Nos enfrentamos a una falta absoluta de decisión política para salir de este círculo vicioso que arrastramos hace muchos años. Y hoy, se nos suma la pandemia, que viene a complicar aún más la falta de políticas culturales.

 

“Si quieres cambiar las cosas, no hagas siempre lo mismo”

Ser creativo es pensar de otra manera, utilizar los dos lados del cerebro, aprovechar las ciencias blandas y las duras, poner los temas en debate sin miedos y tomar decisiones, que tienen riesgos, pero al mismo tiempo, pueden aportar soluciones.

En varias oportunidades, los legisladores propusieron alternativas al obsoleto sistema político administrativo para hacer la Fiesta Nacional de la Vendimia. En su momento, fue el legislador radical Sergio Bruni, quien presentó un proyecto para modificar el sistema y también en 2015, a instancias del Seminario – Taller Identidad, Gestión y Política Cultural, organizado por los profesionales Héctor Ariel Olmos y quien suscribe, el senador peronista Gustavo Arenas presentó el proyecto para la creación del Ente Autárquico de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Ambas iniciativas murieron por la inacción legislativa.

Dado que por pereza política y social no tenemos ni el Ente Autárquico ni el Clúster, no nos queda más remedio que seguir improvisando, para ver si salimos, de una vez,  por arriba del laberinto en que estamos metidos.

 

¿Es posible hacer la Fiesta Nacional de la Vendimia?

A la dirigencia que hemos sabido conseguir no se le pasaría por la cabeza nunca, que por la pandemia, no se va a levantar la cosecha o no se va elaborar el vino. Así como se hizo este año, con escasos protocolos y con nulos cuidados por los cosechadores (algunos de los cuales quedaron varados en la Terminal por días, frente a la desidia sanitaria y política local), seguro que para este año ya están elaborando protocolos y mecanismos adecuados para cosecha y elaboración.

Pero para el tema de la Fiesta no se les pasa por la cabeza comenzar a pensar protocolos y alternativas. A lo sumo, y con total irresponsabilidad hacen comentarios de que no se va a hacer o que se va a hacer por streaming y otras  genialidades por el estilo.

Si al mal manejo de la pandemia, que le ha traído a Mendoza una sobrecarga de angustia por la elevada cantidad de contagios, le van a sumar la derrota cultural de dar por perdida la Fiesta de la Vendimia, estamos en el horno como sociedad.

Lo que corresponde es poner en tensión toda nuestra creatividad y pensar formas adecuadas a la nueva realidad,  para  seguir adelante con nuestra vida simbólica y acrecentar nuestro capital social.

Es sensato pensar que la Fiesta no puede ser igual a la de otros años. Hay que descartar el faraonismo, el despilfarro y la superficialidad.

Podemos imaginar las Fiestas distritales y departamentales con sus protocolos adecuados, tanto para artistas como para el público. Con distanciamiento en los ensayos, tomando todos los cuidados de higiene y pensando las coreografías sin contactos entre bailarines y entre actores. Y con una sensible disminución de artistas en escena y de técnicos. Con reserva previa de entradas para las Fiestas, como se hace ahora para ir a un hotel o a un restaurante, disponiendo una reducción de los aforos y con distancia de 2 metros entre butacas o sillas ocupadas.

Para la Fiesta Central es posible pensar en que un mismo guion pueda ser puesto en escena, en forma simultánea, en 10 escenarios distintos de la Provincia, con no más de 50 artistas en escena cada uno, utilizando los escenarios disponibles en los Departamentos. Y con aforos cuidados y distanciados que no superen las 500 personas.

La elección de la Reina puede hacerse con un padrón armado con anticipación, convocando a la población a que se incorpore y vote en forma digital.

Como ésta, seguramente hay cientos de ideas dando vueltas para no sucumbir a la miserabilidad de  aprovechar la pandemia para ahorrarse trabajo y unos cuantos pesos.

La Fiesta no es del Gobierno Provincial, ni de los municipios, ni de los artistas, ni de las empresas. La Fiesta es la celebración de todo un pueblo, que salda en ese momento extra cotidiano, su experiencia de un año, con las alegrías y tristezas que le ha tocado vivir.

¡Es hora de hacer funcionar las neuronas y dejar de derramar lágrimas de cocodrilo!

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