Marcelo Riga, un artista que trasciende fronteras

Gracias a su talento logró llevar su arte de gira con las bandas más destacadas del funk de Estados Unidos.
viernes, 7 de septiembre de 2018 · 07:00

Casi todos tenemos algún artista, banda o género musical de nuestra preferencia por el que estaríamos dispuestos a dar lo que sea por escucharlos personalmente. Y todos tenemos alguna pasión, profesión o hobby que nos entusiasma y por el cual lucimos nuestros mejores talentos. Qué pasaría si esas dos cosas -ídolo y talento propio- se fusionaran para ofrecernos una experiencia personal única. Lo que parece un cuento de fantasía, algunos pocos afortunados tienen la dicha de experimentarlo. Y este es el caso de Marcelo Riga, un artista mendocino que ha trascendido fronteras y hoy vive en Estados Unidos para cumplir su “sueño americano”.

Marcelo nació y vivió su niñez y adolescencia en Pedro Molina, en la zona conocida como la Media Luna, cuna de grandes artistas. Siendo tan solo un niño, la música funk se transformó en su pasión tras escuchar a la banda Earth, Wind & Fire en un concierto benéfico organizado por la Unicef en Estados Unidos en 1979.

Además, junto a su papá, de profesión mecánico, aprendió las tareas de ese oficio y desde muy joven se convirtió en un experto de la metalmecánica.

MendoVoz -mediante una entrevista exclusiva- te cuenta la historia de un guaymallino que nos representa en el mundo con su gran talento.

 

Oficio + funk = arte

“Cuando tenía 5 o 6 años empecé a crear mis propios juguetes. Siempre estuve rodeado de cosas de la mecánica, por mi papá. Además, mi abuelo materno era albañil y trabajaba en una fundición; yo lo acompañaba y entre todas las chatarras veía cosas interesantes que me traía a mi casa y creaba. Tenía una tendencia a fabricar cosas desde niño”, rememoró Marcelo.

Así fue que comenzó a crear repuestos para las motos que arreglaba su padre y se transformó en un profesional. “Gracias al taller de mi papá aprendí a soldar, moldear y fabricar piezas de repuestos que no se conseguían”, comentó.

Además hubo otro episodio que lo marcó desde chico y le despertó su gran pasión. “La música funk a mí me pegó desde que tenía 9 o 10 años. La ONU hizo un recital muy grande para recaudar fondos y ahí había artistas muy famosos, entre los que estaba la banda Earth, Wind & Fire, que me deslumbró. Sentí una conexión muy grande”, manifestó el artista.

De este modo, con las monedas que lograba ahorrar comenzó a comprarse vinilos de las bandas más destacadas del funk.

“Las portadas de los vinilos tienen mensajes muy espirituales, muy cósmicos, porque van unidos con los mensajes de sus canciones. Hay que recordar toda la segregación racial que hubo en Estados Unidos con la gente de color. Tras ciertos cambios de políticas y leyes hubo una revolución, y las bandas de soul y funk tuvieron la posibilidad de empezar a hacerse conocer. A mí todo eso me pegó muy profundo”, recordó. Y agregó: “Me reconozco como un estudioso de esa cultura”.

Con el tiempo, Riga se convirtió en DJ y coleccionista. “Mi pasión tan grande por la música hizo que tuviera mi lugar de culto en mi casa, donde colgaba los vinilos y los CD que más me gustaban. Mi casa se transformó en un lugar de culto e iba gente de muchas partes. Me fui transformando como en un maestro de todo esto”, contó.

“Había una portada de un vinilo en particular que me fascinaba. Y, combinando mi trabajo con mi pasión por la música funk, pensé un día en poder transformar esa portada en una obra de arte e inmortalizar a esa banda”, añadió.

Así fue que trabajó durante nueve meses para crear su primera obra de arte. “Con una gran alegría y satisfacción la colgué en el living de mi casa. Vinieron mis amigos y cuando vieron esa obra se fascinaron. Ahí, ellos y mi familia me alentaron a continuar”, dijo el consagrado especialista.

 

Tocar el cielo con las manos

“No es fácil hacer una escultura. Lleva tiempo, y he tenido que sacrificar muchas cosas. Hay que ponerle voluntad, esfuerzo y empeño, y llega un momento en el que te empezás a meter en un mundo en el que ya no tenés retorno”, describió.

De esta manera, durante los últimos 20 años, Marcelo ha estado dedicado a esta pasión y con todas sus obras armó una exhibición a la que llamó Museum of Funk, que le valió el reconocimiento de las bandas y los músicos a quienes les rinde tributo.

“No me fue fácil, porque Argentina, y Mendoza en particular, es bastante especial y nadie se la quiere jugar con un artista emergente. Pero tuve la grandísima bendición de que me abrieran las puertas en lugares muy reconocidos a los que entré por la puerta grande”, resaltó. Y añadió: “Las redes sociales me abrieron la puerta al mundo. Pude contactarme con gente a la que le rendía tributo con tanta pasión, y empezaron a reconocer mi trabajo”.

Así, se comunicó con sus ídolos y armó un proyecto con dos personas más para fabricar una nave de tamaño real para la leyenda de la música funk Williams Bootsy Collins, quien formó parte de la legendaria banda Parliament. La obra fue estrenada a principios de julio en Los Ángeles, California, y participa ahora de un tour mundial.

“Hoy por hoy somos la primera ‘fábrica de ovnis’ en el mundo, con el orgullo de crear naves a pedido para las leyendas del funky y de otras bandas que están interesadas en nuestro trabajo. El equipo está conformado por tres amantes de la música funk: Héctor García, Bernard Steward y yo”, manifestó.

Lo que vive Riga hoy, sin dudas, es un sueño hecho realidad. “Vas conociendo distintos músicos, show a show. Me manejo con mucha humildad y mucho respeto, pero esta gente es mucho más simple de lo que uno se imagina. Cuando tratás con personas que están al mismo nivel que Mick Jagger, Bono o Madonna, y te tratan con una simpleza y una amistad tan grande, decís: ‘No puedo creer dónde estoy parado’”, dijo.

 “Con unos dólares y una mochila al hombro, vine con un sueño y tuve a una persona excelente, que fue Daniel Martínez, quien me abrió las puertas de su casa y me brindó todo para que pudiera entrar a Estados Unidos y dar los saltos que fui haciendo. Obvio que también tuve el apoyo de mi familia y mis amigos”, dijo Marcelo, quien además destacó de manera especial a Patty Walker (de la banda P-Funk Connection), a quien describió como su madrina artística y quien lo impulsó en todo esto.

 

Extrañar las raíces

Más allá de cumplir un sueño inimaginable, Riga asegura que extraña su tierra y quiere representarnos de la mejor manera. “Acá hay días que son buenos y días que no tanto porque se extraña. La tierra de uno tira, uno extraña la familia, los amigos, las costumbres, los asados, los chistes de entremesa y todo eso que tenemos nosotros”, remarcó. A lo que siguió: “A mí me interesa mucho que conozcan quiénes somos como argentinos y yo vengo en nombre de toda mi gente”.

“Hoy estoy en Atlanta con un nuevo proyecto. Sé que Dios y mi madre, que está en el cielo, me van guiando”, cerró el artista.

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