Se avecina el ciclo lectivo y la Comuna alista detalles

El ciclo lectivo 2018 está próximo a comenzar, por ello desde MendoVoz dialogamos con la directora de Educación de Las Heras, María Elina Tello, quien precisó el trabajo realizado por la Comuna para el comienzo de clases en las instituciones de injerencia municipal.

Vale precisar que la Municipalidad cuenta con 14 jardines maternales y tres CAE (Centros de Apoyo Educativo: en El Algarrobal, en el barrio Jorge Newbery, y en el CIC de El Borbollón). Estas instituciones se encuentran emplazadas en diversos distritos, como son: Uspallata, El Algarrobal, El Borbollón, El Plumerillo, y El Challao.

Jardines maternales y una atención específica

En estos espacios municipales se atienden a niños desde los 45 días hasta los tres años. Sumada a la atención educativa se brinda alimentación, en lo que se incluye desayuno y almuerzo; o almuerzo y media tarde (dependiendo del turno).

También se presentan casos en los que la Comuna presta edificios -por ejemplo en El Algarrobal- para recibir a los chicos de sala de cuatro años porque los edificios dependientes de la Dirección General de Escuelas o de jardines exclusivos aledaños se encuentran colapsados.

Particularmente, en cada jardín maternal se maneja una matrícula que ronda entre los 70 y 120 chicos. En la sala de lactantes no puede haber más de 12 chicos porque al no poder desplazarse por sus propios medios necesitan mayores recaudos y atención personalizada de maestras y auxiliares. Número que varía considerablemente mientras más grandes sean los niños.

Potenciar los espacios de apoyo

Por otra parte se encuentran los CAE, que según precisa la responsable del área “son casitas de contención muy solicitadas”, al hacer referencia a los espacios donde se brinda acompañamiento educativo extra para hacer frente a la deserción escolar y a los que concurren alrededor de 1.800 chicos del territorio departamental.

En estos espacios se brinda atención desde primer grado hasta segundo año del nivel secundario. Allí puede realizar las tareas escolares, puntualizar en materias que presenten mayores complejidades y recibir el acompañamiento extra de docentes abocados a ese fin. Se dan actividades recreativas, como plástica, música y educación física.

“Estos están emplazados en lugares muy vulnerables y reciben una merienda. Funcionan de febrero a diciembre y algunos incluso en enero por lo que se complementaban con las escuelas de verano”, precisó Tello.