Alarma el estado de las inmediaciones al cerro Arco

El emblemático cerro precordillerano Arco, ubicado en el departamento de Las Heras, ya no solo se caracteriza por ser el portador de innumerables antenas y el punto de encuentro de cientos de deportistas, sino también por poseer unas inmediaciones que reflejan un descuido generalizado. 

Alertado por vecinos de Las Heras, MendoVoz recorrió el lugar encontrando un panorama desolador minado de residuos sin recoger, basura, y animales en abandono. Las imágenes dan cuenta del descuido no solo de los visitantes sino también de la falta de aprovechamiento de las oportunidades para convertir a esa zona en un polo turístico de gran concurrencia.

Vale mencionar que éste es un cerro precordillerano, con una cima de unos 1.600m sobre el nivel del mar y situado a unos 6km de su Villa Cabecera del departamento de Las Heras.

Es conocido por la cantidad de antenas repetidoras de televisión y radio situadas en su cúspide, que se distinguen de noche por sus luces. Visible desde cualquier punto, en especial desde el sector norte del conglomerado urbano. Pero, además de este perfil, es polo de actividades deportivas, como parapente, trekking, entre otros.

En la zona se encuentran una serie de churrasqueras realizadas en piedras y cemento que el paso del tiempo y la falta de mantenimiento no le han otorgado reparo por lo que se encuentran en un notable de derrumbe. La misma suerte han corrido los contenedores de basura que se encuentran desplomados por todos lados.

Desde la Comuna, manifestaron que solo en ciertas zonas del cerro tienen injerencia municipal, ya que el predio se encuentra otorgado en concesión a sectores privados que deben encargarse de su mantenimiento y que tienen a su cargo el estacionamiento para autos y un pequeño puesto de bebidas y comidas.

Animales, el capítulo que nadie quiere ver

Mención especial requieren los perros en estado de abandono que circulan por la zona. A simple vista se visualizan numerosos caninos mal nutridos y vagando.

Los animales, que allí residen, viven alimentándose de los restos de algún improvisado picnic que los paseantes realizan cada fin de semana. A ello, seguro sumarán la caza de roedores y presas que se encuentran en el lugar, pero alarma la situación de abandono en la que viven y la inconciencia de la personas que allí los deja.

Por lo que es notorio verlos cruzar constantemente la calle -pudiendo generar algún incidente vial- y con el peligro de que se conviertan en una superpoblación difícil de manejar.