Alejandro Villegas y su amor por el trabajo de "vender" noticias

En tributo al día de fallecimiento de Florencio Sánchez este jueves 7, nuestro país celebra a los canillitas y periodistas deportivos. Estas ramas vinculadas a la comunicación caminaron juntas durante muchos años y hoy viven momentos de profundos cambios y reinvención a raíz del auge tecnológico.

El término "canillita" (persona que se dedica a vender en la calle diarios y revistas) nació gracias al sainete (pieza dramática de humor) "Canillita" del dramaturgo uruguayo Florencio, que retrata la historia de un chico de 15 años que vende diarios y revistas para mantener a sus padres, y que debido a su condición de pobreza usaba un pantalón corto y se le veían las canillas.

Alejandro Villegas tiene 49 años, está casado con Carina, con quien tiene una hija llamada Cecilia, y desde muy pequeño se dedica al oficio: “Desde los 11 años que soy canillita. Mi papá tenía un reparto de diarios y nos enseñó la tarea. Somos cuatro hermanos, todos fuimos diareros. Actualmente, solo dos seguimos siendo canillitas”, contó.

Hoy en día tiene su puesto desde hace dos años en la puerta del hospital Carrillo. “He tenido otros oficios, pero siempre amé estar acá. Lo que me llama es estar en la calle. Hablar con la gente y así te interiorizas en sus necesidades. Siempre estás viendo qué necesitan para poder ayudarlos. Más estando acá, donde la gente busca mucha contención debido a las enfermedades que están padeciendo ellos o algún familiar”, expresó el canillita lasherino.

En este nuevo siglo, el ingreso de las noticias al mundo digital instauró un paradigma donde el papel tiende a desaparecer, aunque hay quienes resisten este cambio. “La era digital ha dejado mucha gente sin leer el diario de papel porque lo leen en internet y gratis, a través de las computadoras y los celulares. Todo el mundo busca informarse y esta tendencia tecnológica nos afecta como canillitas”, reconoció Alejandro.

Pese a las dificultades de su trabajo, Villegas no tiene pensado dejar de vender diarios y revistas. Desde la cuna acaricia esta noble tarea de acercar la información a los vecinos y su puesto en el Carrillo le ha dado muchas satisfacciones, un oficio de sacrificios que lo mantiene ocupado de lunes a lunes, sin conocer los feriados pero que lo apasiona.

Como ocurre con sus colegas que resisten en cada esquina, pese a cualquier condición climática, y nos esperan desde las primeras horas del día para brindarnos noticias.