Un oficio que está a punto de perderse

Con el avance incesante de las nuevas tecnologías, la profesión de arreglar relojes parece desaparecer. Sin embargo hay quienes le dan pelea. Conocé la historia de Héctor.
viernes, 8 de noviembre de 2019 · 07:08

Héctor Carrizo, un hombre de 63 años y lasherino, nos cuenta que hace 22 años se dedica a reparar el paso de las horas, nos relata la cotidianeidad de un trabajo “delicado”. 

Comenzó con este oficio cuando se quedó sin empleo en 1993, primero lo hizo por hobby y luego por necesidad. Él es reconocido por sus vecinos gracias a su trabajo del día a día, siempre haciéndolo en el mismo lugar, en la calle Dr. Moreno frente a la escuela Mario Casale. Sin embargo, ahora está haciendo algunos arreglos desde su casa.

Actualmente este trabajo es olvidado e ignorado por las nuevas generaciones, en gran medida porque el uso de las nuevas tecnologías atenta contra esta antigua profesión. Héctor recibe aparatos con un altísimo valor sentimental, como los relojes de los abuelos o parientes que ya no están.

Hoy el lasherino se mantiene ampliando su rubro, inclusive arreglando veladores, nos comenta con nostalgia que ya está olvidando de su oficio. Se dedica más a cambiar pilas, mallas o vidrios rotos. Sin embargo ha cosechado el prestigio de sus clientes y vecinos que lo sigue identificado con el fascinante mundo de la relojería.

 

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