Cómo luchar contra la obsolescencia programada

El fenómeno "tendrá solución cuando los consumidores pasen de poseer un producto a alquilarlo, pagando los servicios".
jueves, 18 de enero de 2018 · 12:31

(ANSA) - ROMA - La obsolescencia programada "tendrá solución cuando los consumidores cambien de enfoque, pasando de la posesión de un producto a su alquiler y el pago de los servicios vinculados", opinó un experto italiano sobre el caso de la ralentización de los iPhone que causó un escándalo en todo el mundo.
   

El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, afirmó hoy en una entrevista con ABC que a partir de ahora los propios usuarios podrán elegir si mantienen un teléfono lento, pero más confiable, u optan por un rendimiento normal con el riesgo de que el celular se apague de improviso.
   

Esta opción estará disponible a través de una próxima actualización del sistema operativo iOS, en el que "los usuarios podrán ver la salud de su batería de modo transparente".
   

Aunque Cook aseguró que en la ralentización de los iPhone no había segundas intenciones, en Estados Unidos ya hay 39 acciones colectivas contra la empresa y Francia abrió una investigación sobre lo ocurrido, ya que en ese país es delito la obsolescencia programada.
   

Según Giovanni Miragliotta, director del Observatorio Industria 4.0 e Internet de las Cosas de la Escuela de Management del Politécnico de Milán, "se trata de uno de los tantos casos tecnológicos que periódicamente estallan, el tema de la obsolescencia programada existe desde la época de la invención de las lamparitas".
   

"Al principio eran construidas lo mejor posible, luego todos los productores se pusieron de acuerdo para una vida óptima. Es un tema documentado", tanto que se filmó el documental "Comprar, tirar, comprar", de Cosima Dannoritzer.
    En inglés, el documental se llama "The Light Bulb Conspiracy", aludiendo precisamente a aquel episodio de las lamparitas.
   

"El tema suscita gran nerviosismo, pero no es fácil entrar en la cuestión de ingeniería y hallar un equilibrio. Está claro que los productores tienen un conflicto de intereses, por eso el enfoque relativo a la utilización de los productos y no su posesión", reiteró Miragliotta.
   

Del hecho el concepto ya se está aplicando al sector de los automóviles. "Con el alquiler y el car-sharing -observó- el conflicto de intereses del productor desaparece. Todo costo vinculado a la eficiencia del vehículo recae sobre el productor y no sobre el consumidor".
   

Lo mismo ocurre con las impresoras en alquiler en las oficinas, los puntos de acceso a Internet a demanda y hasta los motores de los aviones, que "no se compran, sino que se pagan las horas de vuelo al productor". Y también para los smartphones, ahora eje de la disputa, hay servicios de alquiler.
   

De hecho la investigación francesa sobre Apple fue posible gracias a una ley vigente que considera un delito la obsolescencia programada.
   

Y el parlamento europeo, antes del verano boreal, aprobó una resolución para promover productos con "un ciclo de vida más largo que el actual".
   

"No es haciendo más leyes y juicios que se resuelve el problema, sería mejor oriental el cuadro normativo sobre las acciones colectivas que permiten intimidar a los productores.
   

Con las nuevas tecnologías es el consumidor el que debe ser consciente y cambiar los hábitos, impulsando una transición de producto a servicio", explicó.
   

Finalmente, para el especialista es importante tener presente un movimiento interesante que está creciendo en Estados Unidos y se llama "Right to repair". Pide que los productores de electrónica, entre ellos Apple, vendan las partes de recambio de sus productos a los consumidores y a los reparadores independientes, además de poner a disposición del público los manuales de diagnóstico y servicio.
   

"Se ahorraría en la reparación y habría una ventaja también en la reutilización de productos", concluyó Miragliotta.