Un humedal de la Isla de Pascua está casi seco

El panorama crítico del Rano Raraku evidencia los efectos del cambio climático en el territorio insular chileno.
miércoles, 23 de mayo de 2018 · 07:00

El humedal Rano Raraku, sitio icónico de Isla de Pascua, está casi seco y solo asoman charcos y lodazales, lo que evidencia los efectos del cambio climático en el territorio insular chileno, ubicado en la Polinesia.

Especialistas convocados por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) realizaron un diagnostico preliminar con el fin de llevar a cabo acciones que puedan revertir la situación.

La jefa provincial de CONAF Isla de Pascua, Ninoska Huke, explicó que tras comprobarse la sequía en el humedal, ubicado en el volcán homónimo, lograron que tres especialistas del Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI), la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) y GP Consultores, asumieran efectuar nuevos estudios. El biólogo David Vélez, la botánica Rachel Cousi y el hidrogeólogo Cristóbal Cox expusieron a los lugareños los resultados de investigaciones anteriores y del trabajo actual efectuado en el terreno, donde realizaron mediciones en el humedal y revisaron la cartografía.

Ninoska enfatizó la necesidad de enfrentar el problema como una señal de advertencia respecto a la gestión de los recursos naturales de la isla. La hipótesis inicial de trabajo es el cambio climático que se evidencia en este humedal y otros más pequeños. Desde hace 10 años, Rapa Nui registra una baja en las precipitaciones y el año pasado el déficit fue superior al 44%. Si bien siempre ha existido intermitencia de ciclos húmedos y secos, en los últimos años se observan precipitaciones menores.

Una de las causas señaladas es el fortalecimiento de dos anticiclones que rodean la isla y bloquean las lluvias.

Por lo tanto, la situación se agrava ya que la única fuente de agua potable de la isla son las precipitaciones.

En cuanto a la situación específica del humedal Rano Raraku, el biólogo de la Universidad de Chile y asociado a ESMOI, David Vélez, destacó que mientras no se estudien todas las variables hay que ser muy prudentes con las medidas a tomar.

Como ejemplo, citó la solicitud de la comunidad de extraer los juncos (totoras) del humedal. Aclaró que esto no es recomendable porque estas plantas ayudan a disminuir la evaporación del agua.

Sin embargo, el hidrogeólogo de GP Consultores, Cristóbal Cox, llamó a tomar medidas inmediatas en torno a las causas humanas que afectan al humedal, como la erosión causada por caballos y vacas en el entorno de la laguna y el consumo de agua que hacen de la misma. En cuanto al planteo de inyectar agua dulce de manera artificial, Cox sostuvo que es muy riesgoso porque amenaza el delicado equilibrio que poseen estos ecosistemas. El especialista coincidió en que se debe tener prudencia y esperar a recabar más datos sobre el fenómeno para luego adoptar medidas, avaladas técnica y científicamente.

Los investigadores dijeron que en principio se deben atacar las causas humanas que inciden en que el humedal Rano Raraku se encuentre casi seco.

Además, hay que esperar los resultados de los estudios sobre su dinámica y cómo ésta se relaciona con las actuales condiciones climáticas de la isla.

Con una superficie de 163,61 kilómetros cuadrados y a una distancia de tierra firme de 3.800 kilómetros, la isla de clima tropical fresco, volcanes y hermosas playas cuenta con 7.750 habitantes que viven mayoritariamente del turismo y la pesca. Con sus gigantes esculturas -moais- que miran al Pacífico, es considerada un museo natural y desde 1995 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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