La pequeña que murió por migrar

Tenía solo 7 años, su organismo colapsó por hambre y sed, después de haber recorrido miles de kilómetros desde Guatemala a EEUU.
viernes, 14 de diciembre de 2018 · 17:10

Una pequeña guatemalteca murió de hambre y de sed, después de haber recorrido miles de kilómetros a pie, desde su país hasta Estados Unidos, con su padre, en busca de fortuna, y de una nueva vida. El sueño americano se quebró en pedazos cuando padre e hija fueron arrestados en Nuevo México por agentes federales que vigilan la frontera estadounidense, mientras deambulan por el desierto junto con otros 163 inmigrantes.

Pocas horas después, la niña, a pesar de la ayuda médica recibida, no lo logró, agotada, sin más fuerza, falleció.

Estados Uniodos, al menos una parte de esa América del Norte, se moviliza. En medio de la desesperación y de la desesperanza de la otra América, de la que migra.

Pero este caso atroz de la niña guatemalteca ha desatado la ira de en gran parte de la opinión pública estadounidense y de asociaciones por la defensa de los derechos civiles, que fustigan las políticas migratorias de la administración del presidente Donald Trump, y las califican de "inhumanas y crueles".

Una acusación que la Casa Blanca rechaza enérgicamente: "No debemos culpar a la administración", dice un portavoz, y señala que sólo se trata "de una invitación al Congreso para desalentar a los inmigrantes". "¿La administración Trump debe asumir la responsabilidad de un padre que lleva a una niña a marchar por México para llegar a los Estados Unidos?. No", responden los voceros.

Ciertamente, la historia resalta el drama de las caravanas, de las muchas familias que en los últimos meses se han lanzado para escapar de la violencia y la pobreza extrema de algunos países de América Central, como Guatemala y El Salvador. No solo los traficantes, narcotraficantes, bandas de asesinos, como suele decir el presidente de Estados Unidos, especialmente durante la campaña electoral, motivan la solicitud de construir ese muro de freno, que se ha convertido en un símbolo de la batalla del magnate contra la inmigración ilegal.

La pobre niña con su padre había ingresado ilegalmente, en una zona donde los controles son más difíciles debido a la dureza del entorno, el cruel desierto.

Porque mientras todos los focos de los medios de comunicación están en la frontera de California, entre Tijuana y San Diego, muchos continúan cruzando la frontera en Texas, Nuevo México, incluso en Arizona, vagando por días y buscando refugio del sol abrasador del día y del frío intenso de la noche, refugiándose en casas en ruinas, poco más que chozas. que ocasionalmente actúan como escondites para los narcotraficantes.

Así los agentes federales encontraron al grupo del que formaba parte la niña. Ocho horas después de la detención, sobrevino la primera crisis física en la pequeña, debido principalmente al cansancio y la deshidratación. Lo mismo sufrieron muchas de las personas que estaban con ella.

"No comió ni bebió durante días", dijeron algunos testigos.

La pequeña guatemalteca fue transportada en helicóptero al hospital de El Paso, pero fue inútil. La muerte ocurrió 24 horas después debido a un paro cardíaco. Nada que hacer para los médico, su organismo tenía daños irreparables y entró en colapso.

En noviembre, agentes federales de la administración Trump que patrullaban la frontera sur occidental detuvieron un número récord de 25.172 personas que ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos con su familias. Los inmigrantes detenidos que viajan como parte de un grupo familiar representan el 58% del total. 

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