México: proceso electoral con asesinatos

La campaña proselitista se tiñe de muerte. En los meses previos a las presidenciales fueron masacrados al menos 30 políticos.
martes, 13 de marzo de 2018 · 19:41

 (ANSA) - El proceso electoral mexicano se tiñe de rojo y en los meses previos a las presidenciales del 1 de julio han sido asesinados al menos 30 políticos, de acuerdo con declaraciones del propio ministro de Gobernación, Alfonso Navarrete.

Los homicidios han ocurrido en zonas "muy focalizadas", como los estados de Guerrero (sur) y Jalisco (occidente), pero no deja de ser un hecho preocupante, que a juicio de los analistas hace temer que la situación empeore cuando comiencen las campañas a fines del presente mes.

Ante esta situación, el ministro dijo que "el exhorto debe ser inmediato: no generar suspicacias en el ejercicio de la responsabilidad" y apelar al "diálogo" para resolver las diferencias".

Además, el funcionario propuso "dotar de seguridad a candidatos, a planillas, a partidos, a ciudadanía".

El ministerio ha ofrecido seguridad a los distintos aspirantes presidenciales, pero algunos de ellos, como Ricardo Anaya, de una coalición "izquierda-derecha", la ha rechazado e incluso se ha quejado de ser objeto de espionaje por parte de agentes de los servicios de inteligencia gubernamentales.

El favorito de la contienda, Andrés López Obrador, de la alianza entre el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda), el Partido Encuentro Social (PES, derecha) y el Movimiento Ciudadano (centro), tampoco ve con mucha simpatía este ofrecimiento.

Navarrete insistió en exhortar a los partidos a "dialogar y retomar la mesa de seguridad que se instaló hace unas semanas" para hablar del tema.

"No es una práctica saludable que por un solo asunto se pretenda romper el diálogo", afirmó luego que Anaya se rehusó a participar luego de que acusó a la Procuraduría General de ser utilizada en su contra, en un caso en el cual se le acusa de lavado de dinero en la compra de un terreno para construir una instalación industrial.

En enero pasado, un grupo de intelectuales, científicos y artistas formularon un "rechazo general al clima de violencia en el proceso electoral, no sólo de la capital sino en todo el país".

En un comunicado, llamaron a autoridades de todos los niveles "a garantizar la seguridad en los actos políticos de todos los partidos y respetar el derecho a la libre expresión y manifestación en cualquier punto del territorio mexicano".

El 15 de diciembre del 2017 y el 3 de enero pasado, durante una demostración de la precandidata a jefa de gobierno de la capital por Morena, Claudia Sheinbaum, favorita para ganar, se produjo un enfrentamiento que obligó a la aspirante a suspender ambos actos.

El historiador Lorenzo Meyer expresó su temor por "la naturaleza de las próximas elecciones que podrían ser "amañadas" y exigió el "respeto mínimo al juego limpio entre los partidos y candidatos".

La investigadora feminista Martha Lamas llamó a tener elecciones "libres y en paz", con "el debido respeto a la diferencia de pensamientos, incluso entre los mismos integrantes de la izquierda mexicana".

El sacerdote y activista Alejandro Solalinde expresó también "rechazo absoluto a la violencia en general que hay en el país".

El diario Excélsior señaló que el proceso electoral se ha convertido "en el más violento registrado en lo que va de siglo".

El matutino contabilizó en enero el asesinato de 25 políticos municipales y regionales, así como aspirantes a la jornada electoral para elegir al nuevo presidente, 500 diputados federales, 128 senadores y 9 gobernadores, entre otros cargos.

Entre los políticos fallecidos desde el inicio del proceso, nueve pertenecen al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y nueve al gobernante Partido Revolucionario Institucional, según el diario.

Además, dos eran militantes de Movimiento Ciudadano (MC) y de Morena, uno del conservador Partido Acción Nacional (PAN), uno del izquierdista Partido del Trabajo (PT), uno de la centrista Nueva Alianza y uno del clandestino Partido de los Pobres del estado sureño de Guerrero. 

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