Elecciones en Bolivia: Evo Morales y Carlos Mesa apuntan a enfrentarse en segunda vuelta

El recuento provisional oficial con más del 80% del escrutinio apunta a una victoria insuficiente de Evo Morales y a una segunda vuelta con el expresidente Carlos Mesa, algo inédito en el país.
domingo, 20 de octubre de 2019 · 22:06

Morales, quien lleva cerca de 14 años en el poder, obtenía un 45,28% de los votos frente al 38,6% de Mesa, un periodista e historiador de 66 años que ya gobernó entre 2003 y 2005.

De confirmarse estos resultados -hay que destacar que falta computar mucho voto rural que es muy favorable a Morales- tendríamos que Mesa consigue forzar el balotaje con una campaña centrada en el "voto útil" y en la necesidad de evitar que Morales se perpetúe en el poder.

Se trata de una situación inédita en un país que no había conocido una segunda vuelta en los últimos 37 años.

En la campaña para el balotaje, previsto para el 15 de diciembre, Mesa tratará de aglutinar el voto anti-Morales.

Por su parte, el presidente confía en que las enormes diferencias que separan a los diferentes candidatos opositores hagan imposible una alianza en su contra.

De acuerdo con estas primeras cifras, en tercer lugar se ubica el pastor presbiteriano Chi Hyun Chung, de origen coreano, con 8,7% por encima de Óscar Ortiz, a quien durante la campaña las encuestas proyectaban en tercer lugar pero que solo obtiene 4,3%, según estos primeros resultados.

La campaña más ajustada

Morales pareciera haber acusado en las urnas la controversia por su habilitación como candidato a pesar de los límites a la reelección que establece la Constitución. Sus críticos lo acusan de querer perpetuarse en el poder y comienzan a hablar de "dictadura".

Y es que Morales es el presidente latinoamericano actual con un mandato continuado más largo por delante de Daniel Ortega, de Nicaragua, quien lleva 20 años pero interrumpidos.

Este asunto marcó la recta final de la campaña, que se vio empañada por los disturbios registrados en actos del presidente en Santa Cruz y Potosí.

Los manifestantes protestaban por su candidatura después del referéndum de 2016 en que ganó el "no" a reformar la Constitución para permitirle aspirar a una nueva reelección y las decisiones judiciales que finalmente habilitaron su postulación.

Con su lema "Ya es demasiado", Mesa movilizó a los que han sido históricamente críticos con la gestión del presidente y también a aquellos que sin serlo veían con malos ojos su perpetuación en el poder.

La estudiante de medicina Luz Pocuata, le explicó a BBC Mundo en la escuela de El Alto en la que votó que sus conocidos que le han dicho que iban a votar a Mesa "muchos están hartos de que el presidente estuviera todo el poder tanto tiempo".

"No se quejan por las cosas que ha hecho. Nadie dice que no ha hecho nada", dijo Luz, quien prefirió no revelar por quién votó.

Además, a diferencia de ocasiones anteriores, en las que parecía mucho más claro el favoritismo de Morales, ya las encuestas auguraban una segunda vuelta.

En el ambiente estaba también la gestión de los incendios en la Chiquitanía, una zona de bosque seco al pie de la Amazonía en la que se quemaron unas tres millones de hectáreas.

En Bolivia, muchos han criticado al gobierno por una supuesta tardanza ante el avance del fuego e incluso por su apoyo a la práctica del chaqueo, la quema de rastrojos que muchos ven como origen de los fuegos pero que también son necesarias para los agricultores más humildes.

También se cuestionó la posición gubernamental de no declarar estado de desastre nacional para que se puedan disponer de más recursos económicos para combatir las llamas.

Quién es Carlos Mesa

Como candidato, Mesa fue una de las voces críticas con cómo el gobierno de Morales manejó el tema de los fuegos.

Mesa ahora aspira a regresar a un cargo que ya ostentó entre octubre de 2003 a junio de 2005.

A ese periodo él mismo lo llama "presidencia sitiada", y así tituló el libro de memorias que publicó sobre su experiencia como primer mandatario.

Periodista e historiador de 66 años, llegó al poder después de romper con el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, del que era vicepresidente, por la fuerte represión a las manifestaciones de sindicatos y organizaciones sociales.

Las protestas acabaron derrocando al gobierno y Mesa asumió un mandato que estuvo bajo la amenaza permanente de protestas sociales y con Evo Morales como fiero opositor.

Mesa no consiguió lograr apoyos significativos en el Congreso, dividido entre los partidos que fueron parte de la coalición de Sánchez de Lozada y la bancada dirigida por Evo.

En su breve mandato, organizó un referendo para definir las políticas nacionales sobre hidrocarburos, pero aquello estuvo lejos de zanjar la principal demanda de ese entonces en Bolivia: nacionalizar las reservas de gas.

Tampoco pudo apaciguar el país cuando anunció la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

La controversia sobre qué hacer con los campos de gas se mantuvo hasta el último día de su mandato, cuando el Congreso aprobó su renuncia en una sesión de emergencia fuera de La Paz y cercada por organizaciones sindicales.

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