El toque de queda llegó a Colombia, con al menos tres muertos en Bogotá

Es a raíz de "saqueos" y "actos vandálicos" denunciados ayer por el gobierno, después de un inédito cacerolazo en contra de las flexibilizaciones laborales y de jubilaciones.
sábado, 23 de noviembre de 2019 · 08:15

El toque de queda llegó anoche a tres zonas de la capital de Colombia, Bogotá, amparado por declaraciones oficiales como las del alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa, en una conferencia de prensa: "Esta (por la movilización de ayer) no es una marcha democrática. Aquí lo que tenemos es una minoría de delincuentes que destruye los bienes".

La medida fue dispuesta por las autoridades bogotanas, según aclararon, debido a "saqueos" y "actos vandálicos" producidos en el marco de una nueva jornada de protestas después de la huelga nacional del jueves.

 

 

Recayó en las zonas de Bosa, Kennedía y Ciudad Bolívar, desde las 20 de ayer hasta las 5 de hoy, y para toda la capital desde las 21, apoyada por el refuerzo de unos 20.000 policías y 4.000 miembros del Ejército que fueron desplegados para tal fin, según el funcionario.

La cifras difundidas por las autoridades de Bogotá arrojaban que ayer hubo actos vandálicos que afectaron 76 estaciones y 79 transportes colectivos de pasajeros del servicio conocido como Transmilenio, además de numerosos supermercados, en algunos sectores de la capital colombiana.

Previamente, desde la mañana regía en toda la ciudad una “ley seca” cuya vigencia terminaría este mediodía.


 

 

Qué había pasado el jueves

El jueves había sido una jornada histórica en Colombia, aunque bastante luctuosa, ya que se dieron algunas de más grandes manifestaciones que recuerden ahí, cuyas refriegas a causa de la represión fueron saldadas con al menos tres muertos y más de 250 heridos, de acuerdo con lo comunicado por el Departamento de Defensa.

El motivo de las marchas, convocadas por los sindicatos, fue demostrar que la ciudadanía común no apoya las masivamente resistidas –porque perjudican sobremanera a los trabajadores– reformas para flexibilizar las condiciones laborales y de jubilaciones que pretende adoptar el gobierno del presidente Iván Duque.

 

 

Entre los principales pedidos también están el aumento de la inversión para la educación popular y efectivas medidas de protección para indígenas y líderes sociales, un sector de la comunidad que desde que asumió Duque -15 mesas atrás- sufrió una serie de asesinatos que se cobraron las vidas de decenas de ellos.

Otra de las demandas realizadas por las organizaciones sociales es que el gobierno asuma un mayor compromiso con la implementación del acuerdo de paz alcanzado en el 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Muchos sectores se plegaron a la convocatoria, especialmente estudiantes, docentes, indígenas, campesinos, mujeres y grupos opositores, a la par de los defensores de los acuerdos de paz con la exguerrilla.

 

 

En la ocasión, un inédito cacerolazo fue el corolario de las movilizaciones en Bogotá, después de que hubieran algunos disturbios -como ayer- en zonas del centro y el noroeste.

En ese contexto, Cali ya se había adelantado el jueves en decretar el toque de queda por parte del alcalde Maurice Armitage, justificado en actos vandálicos registrados en varios puntos de la ciudad.

De todos modos, el desborde de la situación ya era previsto desde antes del jueves por las autoridades ya que el gobierno había implementado una serie de medidas que desde el cierre de los pasos fronterizos de Colombia con Venezuela, Brasil, Ecuador y Perú hasta el acuartelamiento en máxima alerta de las fuerzas militares.

Precisamente, la temperatura del humor social ya había sido medida por una encuesta de la empresa Gallup que, para octubre, reveló que el presidente Duque tiene una desaprobación del 69%, con apenas el 26% de aprobación.

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