Notre-Dame, cigarrillos y cables donde no debían

La compañía de construcción que montó el andamio alrededor de la aguja de la catedral admitió que trabajadores fumaban en el lugar.
miércoles, 24 de abril de 2019 · 16:40

Le Bras Freres, la compañía de construcción que montó el andamio alrededor de la aguja de la catedral de Notre-Dame, admitió hoy a los investigadores que algunos de sus trabajadores fumaban en el lugar de los trabajos.

La compañía dijo que estaba "arrepentida" por el hecho de que algunos trabajadores violaron la prohibición de fumar en el sitio, pero "excluyeron" cualquier vínculo entre los cigarrillos y el incendio de la catedral.

"De hecho -dijo Marc Eskenazi, un portavoz de la compañía- hay trabajadores que ocasionalmente violan la prohibición, pero de ningún modo el incendio pudo desatarse por eso".

Un artículo de Canard Enchainé de hoy reveló que los investigadores encontraron siete colillas de cigarrillo en el área de trabajo.

"Cualquier persona que haya intentado alguna vez prender el fuego de una chimenea (sabe que) no pasa gran cosa cuando se lanza una colilla sobre un tronco de roble", señaló en referencia a las 1.200 vigas de madera centenaria que sostenían la cubierta de la catedral, llamada por este motivo "el bosque".

Esas vigas ardieron y eso hizo colapsar al emblemático monumento de París.

La violación de la prohibición de fumar no es sin embargo la únic falla de seguridad que sufría Notre Dame. Según la revista satírica Le Canard Enchainé, aunque en la cubierta de madera no debía haber ningún dispositivo eléctrico que pudiera provocar una chispa, "cables eléctricos corrían por todo el envigado", colocados "por demanda expresa de los clérigos" a pesar de estar en clara "infracción de todas las normas de seguridad dictadas por los arquitectos jefe de los monumentos históricos".

Los cables electrificaban las campanas que había tanto en la cubierta como bajo la destruida aguja. La medida debía ser temporal mientras se reparaban los campanarios principales en las torres, pero nunca fue revertida y, de hecho, esas campanas tañeron "12 minutos antes de que sonara la primera alarma de incendio".

Además, en la tarde del fatídico incendio, una "serie de errores humanos" provocaron que este fuera detectado tardíamente y que los bomberos llegaran 35 minutos después de que sonara la primera alarma y no 20, como señala la versión oficial.

Hasta ahora, el relato oficial es que tras sonar la primera alarma, alrededor de las 18.20, los vigilantes responsables de subir al tejado y comprobar su estado no pudieron constatar ningún fuego, como dijo el rector de la catedral, Patrick Chauvet, la semana pasada. Según el Canard, esto se debió a que los dos enviados "se equivocaron de lugar y por tanto no podían detectar nada". Ambos acusan ahora al empleado del dispositivo de seguridad de la catedral de haberles dado una información errónea, algo que la sociedad responsable del sistema, Elitys, desmintió al semanario satírico. 

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