Organizaciones sociales reclaman por los comedores populares
Hubo incidentes entre los manifestantes y la policía en las inmediaciones del Ministerio de Capital Humano.La jornada de protesta que realizan este viernes organizaciones sociales en todo el país se inició en un clima de tensión en el microcentro porteño, en las inmediaciones de las oficinas del Ministerio de Capital Humano, con empujones entre manifestantes y efectivos de la policía de la ciudad.
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"No nos dejan manifestarnos, la Policía se metió entre la gente con golpes de palos y gas pimienta. No vamos a abandonar el derecho a la protesta. Queremos que se abran los comedores populares", dijo a la prensa el dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, en la esquina de Carlos Pellegrini y Juncal, a metros del despacho de la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello.

Organizaciones sociales, de izquierda, independientes y peronistas, iniciaron esta mañana una nueva jornada de protesta "con 500 cortes" de rutas en todo el país y en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, en reclamo de asistencia alimentaria para comedores y merenderos comunitarios, entre otras demandas.
Desde el comienzo de las manifestaciones, los efectivos policiales buscan aplicar el protocolo de orden público implementado por el ministerio de Seguridad, que encabeza Patricia Bullrich, que impide hacer cortes de calles.
En este marco, el Ministerio explicó que la compra de alimentos que administraban las organizaciones sociales "representa solo el 4,2% de la inversión del Estado en materia alimentaria" y se decidió que ese porcentaje sea destinado directamente a los comedores para "terminar con la extorsión".

"Para terminar con esta herramienta de extorsión y el negocio multimillonario para el cartel de empresas proveedoras de alimentos del estado decidimos que este 4,2% de asistencia que controlaban las organizaciones sociales sea destinado directamente a los comedores que, a su vez, deberán rendir cuenta de la comida que compran", explicó la cartera que encabeza Pettovello.
Desde el Ministerio advirtieron que "la discrecionalidad en la elección de los beneficiarios era total, la calidad de los alimentos más baja en términos nutricionales y los costos de los alimentos mucho más altos que en cualquier supermercado por la burocracia que implica la compra y la distribución".
"El control de lo que sucedía con la mercadería una vez que abandonaba los depósitos del Estado era nulo", explicaron.