Mendoza y lo que pasó en 2018

viernes, 28 de diciembre de 2018 · 07:00

Por Laura Romboli *

Especial para MendoVoz

 

Para muchos, fue de maravillas; otros, un maldito año. Cada cual hará el brindis a su manera. Es de ustedes y es íntimo.

Y en Mendoza pasaron cosas.

Caluroso con tarifazos, así comenzó el año. Algunos se adueñaron de las playas chilenas, que esperaron al Papa para mostrar su tibieza. De pronto una noticia nos sensibiliza: una querida escritora, se va a un lugar de fantasías. Duele su partida, también la de Milka. El año recién comienza y sentimos las heridas.

Luego será todo Vendimia, la que no recordaremos, ni quien fue la elegida.

Hay luz al final de túnel y todos vamos a Cacheuta. Hasta diciembre no pagamos la vuelta.

La inflación todo lo complica; con el fondo un acuerdo para ver la salida.

Como podemos llegamos al invierno y nos preparamos para vivir un sueño. El Mundial se juega y comienzan los deseos pero otra vez es corto el camino y al técnico lo queremos lejos.

Se habla de coimas en cuadernos; otra vez nos roban y no lo merecemos. Políticos y empresarios marchan presos en directo.

Se abre un debate y celebramos eso. Que la gente escuche más allá del pañuelo. Crecemos como sociedad al expresar nuestros argumentos.

Las chicas se unen para decir Mirá como nos ponemos.

Se nos pierde un reloj en algún mercadeo y la novia de Cleto busca un ascenso.

No gritar borrachos ni hacer ruidos molestos. Limpiar lo que hace el perro y no perderlo. No a los trapitos ni los vendedores intensos. No al acoso callejero ni tampoco insultar por Facebook.  Así nació el nuevo código de faltas…  dicen que el otro era obsoleto.

Nuestro talento se ve amenazado, unos atrevidos con una imagen nos estafaron.

Llega la final como una alerta y la vergüenza no es ajena. Jugamos al otro lado del mundo para simular que somos potencia.

Argentina reúne a los veinte poderosos del planeta, con la promesa que el país crezca.

Ya nada esperamos de afuera, solo confiamos en nuestra fortaleza.

Seguimos trabajando para pagar la boleta, esa que alguien gastó en una fiesta. De pronto un anuncio nos complica el futuro: alguien desea que las clases empiecen con apuro. Pero algo pasó y con gran acierto las clases no serán en febrero.

El año termina con un desafío: imaginar cómo serán nuestras vidas con el nuevo recorrido.

Que el  2019 sea lo mejor para nuestros hijos, que nos encuentre unidos y con trabajo para todos los mendocinos.

¡Salud y Feliz Año!

Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de la autora.