Informe vitivinícola: Una espera cargada de tensión

viernes, 15 de noviembre de 2019 · 07:10

Por Marcelo López especial para MendoVoz

Mientras la vitivinicultura (al igual que todos los sectores productivos) esperan las definiciones del presidente electo sobre nombres y políticas a implementar a partir del 10 de diciembre se conocen más números que grafican la situación crítica del sector productivo.

El Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Argentina (ACOVI) dio a conocer su informe de la situación de los productores primarios frete a los costos de producción y de capacidad adquisitiva de su producto. No hay sorpresas: la situación, una vez más, empeora notablemente.

El trabajo del Observatorio remarca que el productor de vino tinto se encuentra en una situación en la cual no logra hacer frente a los costos anuales con los ingresos por la venta de su vino. Para lograrlo se necesitaría un precio 78% superior al actual ($15,82 el litro) o bien un rendimiento de 355 quintales por hectárea.

Para el productor de vino blanco el panorama es similar, requiriendo un precio 78% mayor al actual ($13,12 el litro) o un rendimiento de 542 quintales por hectárea para equilibrar sus cuentas.

En su clásica comparación de la cantidad de litros de vino que necesita el productor primario para cubrir sus obligaciones o necesidades se observa que en general es mayor que el año pasado.

A modo de ejemplo, se calcula que un productor de vino tinto común debería producir el equivalente a 3.288 botellas de vino por hectárea para hacer frente a los costos anuales asociados al uso del tractor propio (mano de obra y combustible), un 53% más que hace un año. Este dato es el resultado de un incremento interanual de 46% en el costo anual en combustible, 25% en mano de obra y una caída de 12% en el precio del vino.

En el caso de la energía eléctrica, este productor requiere el equivalente a 964 botellas de vino por hectárea para cubrir los costos anuales, un 97% más que el año pasado, producto de un incremento interanual de 74% en el costo eléctrico anual y de una caída de 12% en el precio del vino. Y ni hablemos de lo necesario para cubrir los gastos de su vida y familia.

La situación es realmente preocupante y a pesar de ello todavía no se logra unificar a la industria para poner los caballos delante del carro. La interna entre los poderosos y los de abajo sigue vigente. Mientras unos agitan su llegada a la mesa de la Unión Industrial Argentina, un hito para la industria (un hito para el sector), los otros reclaman compromiso y acción para salvar lavase de sustentación social de la economía regional cuyana.

Esta claro que las decisiones que tome el presidente electo influirán, pero la posibilidad manifiesta que el economista del INTA Gabriel Delgado, sea definitivamente el ministro o secretario de Agroindustria (todo depende de cómo se defina el ministerio de Economía) abre una expectativa importante a los sectores mas vinculados a la producción primaria y las pymes nacionales que a los grandes pulpos.

De hecho, no cayó muy bien que un gran jugador internacional con inversiones fuertes en una marca tradicional de la vitivinicultura mendocina anunciará esta semana una fuerte inversión para importar una gran cantidad de etiquetas de vino europeo a la Argentina.

“O no entienden o no quieren entender” despachó alguien del sector cuando leyó la noticia, que desató un vendaval de críticas. “Son tiempos de mostrar al sector como un gran aportante de los dólares que se necesitan no como gastador de estos” y agregó “No solo se sacan las fotos equivocadas también toman las decisiones erradas”.

Lo cierto es que ni siquiera en este compás de espera las tensiones no cesan.

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