¿Qué es el liderazgo circular y cómo puede ayudar en el día a día?

El liderazgo circular es una técnica de abordaje frente a los proyectos que implica salirse de los organigramas tradicionales en los que todo pasa por un líder, para poner en el centro al proyecto en sí mismo y que todos los agentes participantes giren en torno a él.
miércoles, 6 de noviembre de 2019 · 11:23

Paula Mandraccio, fundadora y directora general creativa de BRA Agency, consultora de ideas, innovación y marketing orientada a negocios relacionados con la publicidad opinó sobre que significa el denominado liderazgo circular. El círculo simboliza la unidad, la fuerza, el encuentro, la equidad, la corresponsabilidad, la inclusión, la protección y el cuidado de los miembros. Pero ¿De que se trata el liderazgo circular? Este apunta a emprender con un propósito, poner al proyecto por encima de cualquier visión personal y ser responsable con los objetivos que se definen. Ese proyecto de alguna manera, tiene que resonar en todos. No se pierden los bordes de la individualidad pero toman otra dimensión: se integran en pos de algo más grande.

Algunos consejos para implementar el liderazgo circular:

1- Ponerse metas más grandes que "ganar dinero": Metas épicas, de esas que impactan más allá del negocio, que abrirá la puerta necesaria para seguir en los momentos de cansancio y se deba remar "en medio del río".

2- Para que el liderazgo circular tenga lugar y su efecto sea positivo, se debe poder contagiar al equipo de trabajo. Las ganas, y la mística son contagiosas y parten del deseo, de querer mucho algo. El saber escucharse es clave.

3- La sinergia: el famoso "team building". Nadie hace nada solo. El momento en el que se coloca ese "plan propio" ahí, en el medio de un equipo, es muy importante. Preguntarse ¿qué tan disponible estoy para escuchar a otros? ¿Y si piensan diferente a mí?

4- ¡Viaje liviano!: la vida del emprendedor tiene enormes satisfacciones y también momentos de mucha responsabilidad y toma de decisiones. Por eso, aprender a vivir con poco es lo más parecido a ser libre.

Y, por último, es bueno parar un poco, hacerse un espacio, crear momentos de vacío y desconexión de lo rutinario. Vivir historias de carne y hueso es fundamental para seguir motivándose, cuestionándose y comunicando el proyecto.  Y cuando surgen dudas,  hay que volver al valor de lo humano,  que ahí todo se acomoda.

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