¿Qué hacemos con los hidratos de carbono?

Han sido durante muchos años una preocupación excesiva para bajar de peso y lograr llevar una alimentación equilibrada. Acá revelamos algunos mitos.
miércoles, 6 de noviembre de 2019 · 11:20

Los hidratos de carbono son nuestra principal fuente de energía y quitarlos de la alimentación por completo, realizar dietas de tipo milagrosas, altas en proteínas, lejos de ser adecuadas para cada persona, provoca los famosos efectos rebote, aseguró la Lic en Nutrición Luisina Pelaez.

Son muchos los mitos que hay en referencia al consumo de los hidratos de carbono. Estamos atravesando un momento en el cual abunda la información sobre los alimentos. Además, con el correr del tiempo, nuestro paladar se fue acostumbrando a un consumo excesivo de hidratos de carbono, de grasas saturadas, conservantes y aditivos difíciles de frenar. Esto, acompañado de una vida sedentaria y poca actividad física, nos llevó a un aumento del sobrepeso y la obesidad a nivel mundial. Es por esta razón que muchas personas se someten una y otra vez a diferentes dietas y muchas han decidido, en consecuencia, dejar las harinas como única fuente de hidratos de carbono y solución mágica para el descenso de peso.

Los hidratos de carbono forman parte de gran cantidad de alimentos y muchos de ellos saludables y fuente de fibra, como los cereales integrales, las legumbres, las hortalizas, frutas y frutos secos. Lo que debemos rever es qué calidad de hidratos estamos consumiendo y de donde provienen. Si bien, son nuestra principal fuente de energía y dependiendo de su composición podemos encontrar aquellos que son simples y aquellos que son complejos. Los azúcares simples son aquellos que nos aportan energía de forma rápida para ser utilizada por el cuerpo. Los encontramos en forma natural en la fruta, en la miel y en la leche pero también en el azúcar de mesa y todos los productos que se elaboran con este producto refinado (golosinas, alfajores, galletitas, chocolates, bebidas azucaradas y demás productos con azúcar oculta que muchas veces no sabemos que lo contienen). Los carbohidratos complejos los encontramos en aquellos alimentos fuentes de almidón como por ejemplo el arroz, el trigo y sus derivados, el mijo, la avena (entre otros cereales), la quínoa (pseudocereal), las legumbres, y raíces comestibles como la papa, la batata y la mandioca.

Lo que va a determinar nuestra calidad alimentaria es cuáles de todos estos alimentos consumimos, en qué cantidad y con qué frecuencia. Si pensamos que estos últimos requieren mayor trabajo digestivo podemos concluir que eso nos dará mayor saciedad y gasto energético. ¿Tendríamos entonces que eliminarlos de la dieta?.

Quitarlos de la alimentación por completo y realizar dietas de tipo milagrosas, provoca los famosos efectos rebote. No olvidemos que los carbohidratos ayudan a mantener una cantidad estable de glucosa en sangre y ¡el cerebro lo necesita para funcionar correctamente!, además de brindarle una cuota de placer. La restricción genera deseo y esto siempre lleva a un consumo superior al que comeríamos si lográramos tener una relación sana con los alimentos. Comer de forma consciente nos lleva a mantener ese equilibrio que el cuerpo necesita.

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