300 palabras: Honestidad brutal

por Guillermo Giaquinta, especial para MendoVoz

“En política, nadie es tan amigo como para no ser enemigo y nadie es tan enemigo como para no ser amigo”. Esa frase es histórica y lo saben muy bien -y lo practican diariamente- quienes están en política. 

¿Eso es así? ¿Eso está bien o es hipocresía?

Veamos qué nos dice el diccionario -ya casi en desuso- sobre esa palabrita "hipócrita": que finge una cualidad, sentimiento, virtud u opinión que no tiene.

Alberto presidente le da un abrazo a Macri expresidente. 

El gesto es creíble. Se ve sincero. El tipo viene a conciliar y cerrar la grieta. 

Va más allá del protocolo. Evita que lo silben al saliente. Lo aplaude cuando la locutora lo nombra.

Alberto es amable y no es hipócrita por eso. 

Cristina vicepresidenta le da la mano como gesto educado y protocolar, pero no le regala una sonrisa que no siente. Ni lo mira. Al contrario: todos sabemos que Macri no le cae nada bien, como mínimo… 

Cristina no es amable ni complaciente y ¡tampoco es hipócrita! Es honesta, aunque no quede bien ante las cámaras. ¿Te hubieras creído una actitud diferente de Cristina hacia Macri? 

"¡Es una hipócrita!", hubieras dicho si ella lo abrazaba, se emocionaba y se quedaba mirándolo tiernamente a los ojos.

¿Coincidimos en que, de las personas con las que nos rodea la vida, el peor rasgo es el del hipócrita? 

(En mi barrio les dicen falsas.)

Hace un tiempo, el spot de una gaseosa tenía como eslogan una pregunta: “¿De qué lado estás?” 

Para coincidir o disentir, para dialogar, para convivir o para no compartir nada de nada, siempre será muy bueno saber de qué lado está la gente.

Nosotros, los simples votantes, queremos eso.