Simples sensaciones: Argentina campeón mundial

Resulta que ha surgido una suerte de “moda” para seguir teniendo  algunos privilegios a bajo costo. Somos proveedores de recursos para achicar gastos y que la crisis no se note tanto.
viernes, 21 de junio de 2019 · 07:00

Por Laura Romboli

 

Los argentinos estamos muy preparados para afrontar los tiempos de crisis. Eso no es argumento para vivir siempre en una eterna tempestad pero nos conocen en el mundo como el ser viviente capaz de inventar, organizar y atar con alambre lo que sea.

Esto no debería ser  tomado como un halago, sino como un grave problema que se nos hace al estar siempre sumergidos en un pozo tratando de salir.

¡Tranquilos! que  viene acá la parte optimista de este relato y  destacamos que somos poseedores de un gran instinto de supervivencia y maestros en achicar gastos de la vida diaria.

Así aparecen los amigos, primos o hermanas que en una reunión nos cuentan cómo hizo para que la empresa de cable le bajara a la mitad la cuota. ¿Quién no escuchó que alguien llamó enojadísimo para dejar de pagar el celular y la operadora, como un regalo de un buen día, le redujo el precio a la mitad del consumo mensual?

Se imponen, cada vez más, los encuentros donde alguien narra estas historias fantásticas, mientras sentimos que somos los únicos “giles” que pagamos fortunas por minucias tan placenteras.

Entonces, tomamos coraje y decidimos hacer lo que la prima o el amigo de mi hermano hizo. El proceso previo no es fácil, debemos convencernos para convencer que realmente no queremos más el servicio y es ahí donde está la clave: estar seguros de querer desistir pero con el íntimo deseo que no sea así (ojalá que nos toque un alma caritativa de algún país cercano que se desviva por dejarnos contentos, que nos insistas para que baje y rebaje la suma y así hacernos sentir lo más importante del día).

La procesión va por dentro -y puede que nos invada- mientras esperamos a que nos atiendan; el temor de que ese día bajan de un plumazo a los que están llamando. Imposible que suceda, pero esa duda asiste mientras uno se excusa con el motivo “por cuestiones económicas” que nos impiden hablar por teléfono o ver los canales en HD.

Nada de esto pasará, nos bajarán un porcentaje y la alegría -cuando cortamos la comunicación- nos hará sentir los más grande del mundo.

Somos campeones en golear las dificultades, escalamos en la tabla de posiciones de la economía familiar. Gritamos el gol del descuento como el gran salvador de este partido. Le ponemos nombre propio al penal: ¡Si, gritamos, soy la titular de la cuenta y esta proeza es toda mía!

Felices, sumaremos esta aventura en la próxima reunión familiar y pensaremos que, seguramente (nos falta mucho aún) pero en temas de supervivencia somos: Argentina campeón mundial.

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