Panorama vitivinícola: Matando la esperanza

viernes, 21 de febrero de 2020 · 06:54

Por Marcelo López especial para MendoVoz

Si hay un colectivo que no puede estar sorprendido por el proceso que está atravesando la vitivinicultura argentina son los lectores de este espacio. Mientras la gran mayoría de los “especializados” en el vino trabajan arduamente para seguir ahuyentando consumidores, aquí semana a semana -desde hace meses- hemos ido contando la preocupante situación de la industria y la interna que amenazaba terminar con la famosa institucionalidad del sector.

A pocos días de la Vendimia llegó el momento más temido, el quiebre y con fuegos artificiales. El viernes pasado en el último párrafo advertíamos que a la hora que la columna se imprimía la CoViAr tenía su asamblea y “los interrogantes que circulaban días previos pasaban por si Bodegas de Argentina asistirá a la reunión y se especulaba con alguna sorpresa de nombre rimbombante. ¿Será?”.  Y fue. Bodegas de Argentina no asistió y se designó a José Alberto Zuccardi como presidente de la CoViAr en una evidente intención del sector mayoritario de la entidad de jugar un nombre muy fuerte y con mucho peso nacional ante el embate que se veía venir de Bodegas de Argentina y los eternamente disconformes Viñateros del Este.

La renovación de autoridades de la entidad -creada por Ley nacional en 2003- pareció ser la piedra de toque para la ruptura definitiva, en la tarde del sábado cuando llegó el comunicado de Bodegas de Argentina a los whatsapp de los periodistas.

El conflicto fue tomando velocidad de descarrilamiento al pasar de las horas y los comunicados, de uno y otro lado de la grieta, fueron creciendo en intensidad y nombres propios hasta un punto del que parece no haber retorno.

Las autoridades de BA mantienen su posición de disconformismo con la actividad y actitudes de la CoVIAr, off the record, insisten con cuestionar el manejo del presupuesto y su funcionamiento que entienden no solo no cumplió los objetivos, sino que además tomo atribuciones de cámara gremial que no están contempladas en la ley. Los hombres fuertes de la tradicional entidad también tienen la vista puesta en lo que ellos llaman sobre representatividad de los sectores en la mesa de la CoViAr.

Desde el otro lado de la mesa José Zuccardi asegura que BA no está manejada por bodegueros sino por CEOS de los grandes grupos económicos dueños de bodega y el objetivo central es llevarse otra vez el centro de decisión a Buenos Aires como en la época del Centro de Bodegueros, y remarcan todos los logros que se obtuvieron en los últimos tiempos gracias a la fortaleza institucional de la entidad que significaron muchos millones de dólares para la industria.

Desde el gobierno provincial y nacional no abren opinión sobre el pedido de la entidad bodeguera de intervenir la CoViAr, pero ya las autoridades provinciales y el ministro de Agricultura de la Nación confirmaron su presencia en el tradicional desayuno en el hotel Hyatt.

La ruptura parece ser definitiva, aunque se sabe, esto es política y todo puede pasar. Por de pronto ninguno de los dos sectores parece querer dar el brazo a torcer y un sector de los productores primarios amenazan con no venderle su uva a los integrantes de BA si no se les paga los precios de referencia que ellos fijaron en un comunicado el miércoles, denunciando maniobras de los principales grupos para bajar el precio del principal insumo vitivinícola.

Lo cierto es que en medio de la crisis profunda de la industria cuando parecía que el consumo interno comenzaba a repuntar y las exportaciones daban algún síntoma de reactivación esta pelea complica la normalidad del sistema, a lo que hay que sumar que la mayoría de las bodegas están anunciando aumentos que van del 10 al 20 por ciento en el entry level y hasta el 50 % en los topes de gama.

Así las cosas es difícil que la esperanza de recuperar el mercado dure poco tiempo.