Panorama vitivinícola: Una incertidumbre que no tiene final

viernes, 3 de abril de 2020 · 08:06

por Marcelo López, especial para MendoVoz

La COVID-19 es la estrella dramática de la semana, del mes, del año, contagiando todo desde la salud hasta la economía y obviamente la vitivinicultura.

La cosecha está prácticamente terminada; queda algo para tardío y poco más. Se terminó con importantes medidas de bioseguridad que hasta fueron elogiadas por medios porteños y con los mismos conceptos se está trabajando en las bodegas en la elaboración de las uvas entradas que no puede esperar.

Como ya contamos, la esperanza que se había esbozado con unas pequeñas recomposiciones del consumo se la llevó el bichito y, para colmo, muchas bodegas pequeñas y medianas están muy preocupadas porque se les han cerrado sus canales de comercialización.

En las próximas horas, las autoridades de Economía de la provincia serán los primeros receptores de la preocupación, casi enojo, por la paralización de la actividad de las vinotecas. “Solo se puede comprar vino en el supermercado y allí nosotros no entramos con nuestras damajuanas y nuestros vinos”, se confesaba preocupado un pequeño bodeguero.

Los dueños de las vinotecas canalizan su reclamo a través de los distribuidores y de los medios tratando de levantar la voz de alerta. No se entiende por qué los municipios y el gobierno se han puesto tan duros con las vinotecas, no solo no les permiten abrir, sino que además tienen problemas con las empresas de delivery que se niegan a llevar sus productos porque argumentan que la policía cuando los para les secuestra la mercadería porque está prohibido el delivery de alcohol. Una contradicción evidente con la emergencia económica y la campaña del Gobierno nacional que pide a los ciudadanos que recurran a los envíos a domicilio.

El director de Fiscalización y Control se comprometió públicamente a estudiar el tema y desde las entidades vitivinícolas a plantear el tema al Gobierno. Por lo menos, Mendoza debería dar el puntapié inicial; si se permite abrir a una verdulería o un almacén parece lógico que los negocios que comercializan nuestro principal producto y emblema de la provincia también puedan estarlo y vender con las precauciones y reglamentaciones vigentes.

Mientras la industria ve complicar sus números se firmó el tradicional acuerdo Mendoza-San Juan fijando en el 29% el porcentaje mínino de diversificación de lo producido en esta cosecha. Es todo un interrogante si el número será bueno o malo, las condiciones no son normales nadie sabe cuál será la verdadera afectación de esta crisis en el mercado y cómo jugará en una industria que ya lidia con sobrestocks casi imposibles de eliminar.

La industria como la vida misma está en una incertidumbre que no tiene fecha de vencimiento. 

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