Panorama vitivinícola: Una realidad a la que cuesta encontrarle remedio

viernes, 24 de julio de 2020 · 08:03

Por Marcelo López especial para MendoVoz

“Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio” canta el catalán productor vitivinícola Joan Manuel Serrat. Mal que les pese a algunos el reflejo de la vitivinicultura argentina es ese: una verdad que no es triste sino que parece costarle encontrar remedio.

En los últimos cinco años el vino perdió 1 litro de consumo per capita por año; hace 20 años que viene haciendo todo lo posible por alejar a los consumidores del mercado de la bebida nacional fagocitándose así mismo con estrategias confusas, equivocadas, delineadas por gente que sabe de vino y no de mercado y clientes y se negó sistemáticamente a recibir ayuda.

Las crisis invariablemente terminan en internas y las internas terminan carcomiendo la fortaleza institucional de un sector que fue siempre puesto como ejemplo nacional y que hoy resiste con sus auténticos hacedores a pie firme.

Las equivocaciones persisten y la semana que pasó tomaron un color raro. Por un lado, llamó la atención la página de publinota de Bodegas de Argentina el domingo en el Diario Los Andes. Algunos creen que solo fue un compromiso comercial, otros creen ver una señal hacía adentro del organismo después de algunas fotos de las mesas de discusión del PEVI que llamaron la atención en la última semana.

Por otro lado, en un mundo como el vitivinícola de buenos modales y brindis amigables -a pesar de todo- llamó poderosamente la atención la amenaza cargada de sarcasmo que llegó vía whatsapp a este cronista de parte de un reconocido dirigente del sector enojado por la columna de la semana pasada.

A ello hay una sola respuesta: la realidad. Un profundo trabajo que tiene poco menos de un año encomendado por la CoViAr y validado por todas las instituciones -ya que ninguna mostró discordancia con él- muestra que el problema no es del mensajero.

El estudio realizado con más de 1.500 casos de encuestas presenciales y una decena de focus group, y que está disponible para quien lo desee en la página de la CoViAr, muestra que los últimos 20 años hubo un proceso de alejamiento del consumidor del vino y que distanció de forma casi insalvable a los jóvenes del vino.

En los focus de jóvenes las frases que saltan rápidamente al hablar de vinos son:

-“No me veo destapando un vino a las 5 de la tarde”.

-“El vino es la tradición, pero las generaciones cambian. A mí me representa la cerveza y el fernet”.

-“El vino es la bebida de los abuelos”.

Y así hasta el infinito. La sociedad cree que el vino es uno solo, tinto y Malbec, que se toma en botella y solamente en la mesa y muchos de los encuestados creen que el vino blanco no es vino y agregan que hay que saber de vino para tomar y dicen sentir confusión frente a la góndola.

La comunicación solo habla de exclusividad y momentos exclusivos, para una bebida que se ve rígida y estructurada. Una imagen que fue de la mano de la idea de que había que “premiunizar” el mercado y educar al consumidor. Idea que fue el comienzo de la debacle.

Como dice un viejo lobo del mundo vitivinícola “al consumidor no hay que educarlo hay que entenderlo” para así ofrecerle el producto que busca y como todo consumidor busca calidad a buen precio y sin complejidades.

Antes del fin de semana el INV dará a conocer los despachos de junio que probablemente volverán a ser positivos replicando lo que se ve en otros lugares del mundo; la pandemia favoreció el consumo en casa multiplicando ocasiones.

Con estos números el semestre cerrará en positivo, pero no serán todas caras felices ya que no todos ganan por igual. Los grandes ganadores son los que a pesar de la “moda” prefirieron apostar a los vinos genéricos, poco complejos y a los botellones que son los grandes tractores del crecimiento. “Premiunizar” trae chapa, pero no consumo.

Enojarse porque en vez de plegarse al mensaje que puso a la industria vitivinícola en crisis contamos lo que pasa en las mesas de poder y decisión no es el camino. Sería mejor entender que el camino es el del slogan del proyecto español Democratic Wines en busca de consumidores jóvenes: “Necesitamos bebedores de vino; no se requiere experiencia”.

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