Panorama vitivinícola: La tormenta que nunca para

viernes, 18 de septiembre de 2020 · 07:44

por Marcelo López especial para MendoVoz

En las últimas dos semanas hemos advertido en este espacio de un problema que comenzaba a formar una preocupación en el sector agrícola de Mendoza obviamente incluyendo la vitivinicultura, ¿qué pasará con las cosechas? Estamos a apenas un par de meses que comience la recolección de los frutos de carozo, primer eslabón de la tarea que terminará allá por abril con las aceitunas.

Esas preocupaciones, que aparecían en las reuniones informales, se transformaron en oficiales y varios sectores ya plantearon las dificultades venideras a las autoridades. Básicamente preocupa cómo se organizará la próxima cosecha, cómo llegará la mano de obra y el notable aumento de costos que generará la puesta en marcha de los protocolos.

Este año el sector zafó ya que la pandemia y los protocolos llegaron sobre la cola de la actividad, pero si bien todavía no hay un cálculo fino se estima que los costos de la cosecha se podrían llegar a elevar entre un 30 y 50 por ciento. Los ingenieros plantean que no solo será muy dificultoso que los cosechadores lleguen a la provincia por las barreras sanitarias, sino que además hay que pensar en cómo se cumplirán las cuarentenas, cómo proveerlos de alojamiento en condiciones distintas a lo que se hacía hasta ahora y además armar burbujas para que los trabajadores salgan lo mínino e indispensable de las fincas mientras dure la cosecha. A esto hay que agregar nuevas formas de transporte además de todos los kits sanitarios que se le tendrán que proveer a los trabajadores por más que se esté al aire libre.

La duda es cómo se financiará toda esa estructura que hay que poner en marcha; está claro que los productores no tienen las espaldas necesarias y las barreras de ingreso a los distintos créditos para cosecha y acarreo siguen siendo muy altas para la mayoría de los que vienen de años de trabajar casi a pérdida.

Al cierre de esta columna estaba programada una reunión entre representantes de varios ministerios de Economía y Producción provinciales y funcionarios de por los menos un par de ministerios de la Nación para tratar el tema que no solo preocupa a la vitivinicultura ni a Mendoza.

A estas preocupaciones se sumó -a mitad de semana- las medidas adoptadas por el Banco Central para el mercado cambiario. Si bien en la letra de la ley y en la teoría no deberían tener ningún impacto sobre precios de insumos y en la cadena, pero se sabe que la Argentina tiene sello propio no solo en los manejos políticos y económicos sino también de su funcionamiento comercial. Nadie duda de que habrá fuertes debates entre proveedores y productores por el valor de los insumos dolarizados, nadie duda de que lo proveedores intentaran venderlos a un valor de dólar mas cercano al blue o al oficial más las cargas impositivas que al que verdaderamente ellos utilizan para sus operaciones de importación.

Las ya clásicas imprevisibilidades del funcionamiento de la Argentina siguen siendo uno de los temas que siempre están presentes en el desarrollo de las actividades productivas de la región a lo que hay que sumar la pandemia que trajo buenas noticias en cuanto a la recuperación de consumidores, pero muy malas para encarar los próximos pasos del ciclo vitivinícola.