Panorama Vitivinícola: Tendencias que se confirman
Por Marcelo López, especial para MendoVoz
Hace un par de semanas escribíamos que estábamos ante una cosecha de uva cara y vino barato, no poca polémica en algunos foros de redes sociales generó la afirmación, que lentamente parece encaminarse a ser una realidad palpable.
Los trascendidos indican que los números de mercado interno de abril -que deberían conocerse sobre el fin de esta semana o comienzos de la próxima- no serán buenos, recorrer la estampida de los precios del vino en las góndolas sirven de termómetro para confirmar lo que se viene. Mayo y junio en este contexto tampoco serán buenos no solo porque no hay previsiones de que el consumo mejore sino, además, porque se compararán con los mismos meses del año pasado que fueron los del boom de consumo pandémico.
La casi perfecta coincidencia de los números de baja de consumo con la liberación de los vinos nuevos genera una tormenta perfecta para que los precios de los vinos vuelvan a cotizar a la baja, baja que solo se notará obviamente en los traslados pagados al productor y difícilmente llegue a las góndolas.
Los que hoy tengan vino ante esta perspectiva se sacarán de encima stocks y esperarán para comprar barato. ¿Los daminificados? Una vez más el eslabón más débil de la cadena.
Con este panorama quienes vendieron su uva van a quedar un poco más cubiertos que quienes apostaran a elaborar algo que ya sospechábamos
En este contexto toma relevancia la confirmación de que la cosecha 2021 fue sensiblemente más cara que la anterior, en algunos casos hasta por arriba de un 90 por ciento más que el 2020.
Según el informe presentado a fines de la semana pasada por el Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), la cosecha se desarrolló en un contexto de menor afluencia de mano de obra de otras zonas del país debido a las dificultades de la pandemia sumando la ocurrencia de lluvias y el consecuente riesgo asociado a enfermedades en la planta generaron en el productor la necesidad de levantar la cosecha lo antes posible.
Estos factores, entre otros, han configurado un escenario de escasez de mano de obra presionando al alza el precio del tacho de uva, factor que explica entre el 62% y el 79% de los costos de cosecha manual.
Los resultados de las estimaciones muestran por un lado que la cosecha en 2021 ha sido entre un 44% y un 93% más cara que el año pasado, dependiendo del sistema utilizado. En particular, se destaca que la cosecha manual de uvas comunes tanto blancas como tintas se ha incrementado un 70% en promedio interanual, un impacto importante para el bolsillo de los productores considerando que el 65% de la cosecha total se concentra en este tipo de uvas.
En relación con los costos totales del ciclo productivo, se estima que el sistema de cosecha manual y asistida representan el 15% de los costos anuales de producción mientras que el de sistema de cosecha mecánica explica el 17% de los costos totales.
Claro que la notable suba de los costos no es solo atribuible al aumento de la ficha, sino que también fue muy fuerte la suba de combustibles, fletes y los aportes también tuvieron fuertes subas.
Con este contexto se vienen semanas difíciles en el ambiente vitivinícola y habrá que poner también la mirada sobre lo institucional y ver si repercuten estas situaciones de intereses contrapuestos en la reciente agrupación de algunas instituciones.