Un monotema y la esperanza de la pobre cosecha mundial

Por Marcelo López, especial para MendoVoz

La actualidad de la vitivinicultura se vuelve monotemática con la falta de insumos para envasar que sigue generando polémicas, pero como si eso no alcanzara ahora también se coló en la agenda la decisión del directorio del Banco de Vinos de comenzar su intervención en el mercado.

El debate de los envases sigue alto y se agudizó en la semana cuando, el siempre serio y responsable, Eduardo López comunicó oficialmente a sus clientes que en algunos de sus productos iban a cambiar el tipo de botella ante la falta de insumos en varios modelos.

Dirigentes del sector y representantes de bodegas mantuvieron esta semana un par de reuniones con fabricantes de envases tetra en busca de aunar criterios para reforzar la comunicación y la defensa de la calidad del envase y del producto que contiene ante el inexplicable y politizado ataque en las redes sociales.

Claro que la industria deberá reconocer que bastante poco o nada hizo por defender la imagen de los vinos en tetrabrick y envases similares. Ahora está pagando ese pecado original y clasista que cometió. Algunos actores le están reclamando al INV cierta colaboración, pero la verdad es que el Instituto ya hace lo que tiene que hacer; controlar y garantizar el producto. Podrá quizás ayudar un poco más en la comunicación, pero no mucho más.

Son las bodegas que se encargaron durante años de comunicar que, si no había botella, copa de cristal, mujeres de vestido rojo y señores de smoking no había vino, las que ahora deben hacer el esfuerzo para poner en valor el envase que las salvará del problema y además conserva en forma impecable la calidad del vino.

La nueva polémica de la semana llegó de la mano de la decisión del directorio del Banco del Vino. Con un stock que estaría en 5,6 meses, los directivos decidieron poner en marcha el instrumento que puede operar a partir de que el stock vínico llegue a cinco meses.

En la industria surgieron criticas rápidamente; consideran que todavía no hay condiciones para intervenir y más viendo cómo vendría la cosecha, no solo en Argentina sino también a nivel mundial donde ya se habla de una fuerte disminución de la producción a nivel global que abriría interesantes oportunidades nuevamente sobre todo para los graneles.

La industria también mira al domingo, el escenario político juega su papel. No solo por los alineamientos sino también por la respuesta que tendrá la economía a partir del lunes.

Lo que avanza a paso firme son las gestiones para lograr el arancel cero para la entrada del vino argentino. Desde aquella reunión casi sorpresiva del 2 de septiembre en el despacho presidencial entre el Presidente de la Nación, José Alberto Zuccardi y el presidente de la Cámara de Comercio Argentino China Sergio Spadone, las gestiones no han parado y, el último lunes, agencias de noticias nacionales daban ya casi por cerrado el acuerdo que pondría al vino argentino en una posición casi de exclusividad en el gigante asiático.

Las interesantes oportunidades que se abren en el mercado exportador no coinciden con los pronósticos del mercado interno, que como se sabe es fundamental para el sostenimiento de la actividad ya que se lleva el consumo del 70 por ciento de la producción. Los bolsillos repuntan y las bodegas siguen enviando listas nuevas casi todos los meses alejándose de las posibilidades del consumidor.