Panorama Vitivinícola
Fin de cosecha, pero la pelea por los precios continúa
Por Marcelo López, especial para MendoVoz
Comienza abril y con él los últimos días de cosecha. Se termina una vendimia corta de uvas y que potenció la tradicional “pelea” entre bodegueros y productores por el precio de la uva, los vinos y también por la mano de obra en la fincas y bodegas.
Si bien se cerró la paritaria vitivinícola con cierta satisfacción de ambos lados, lo cierto es que en las fincas el ambiente por lo general fue tenso para fijar el valor del tacho en parte porque el precio de la uva se fue para arriba y la mano de obra fue otra vez escasa.
La pelea por los precios, con la cosecha ya casi finalizada, se traslada a los escritorios. Desde el INV confirmaron a este espacio que los pedidos para adelantar o atrasar la fecha de liberación de los vinos nuevos se amontonan en los escritorios.
Los bodegueros y trasladistas presionan para adelantar la liberación de los vinos genéricos (los varietales no tienen fecha de liberación) intentando bajar los valores con mayor stock en el mercado. Sin embargo, en existencia hay unos 890 millones de litros sin contar lo elaborado en la cosecha 2022. Si a ese stock se le descuenta lo de guarda, lo que no estaría en condiciones aptas de comercialización, etc., el stock vínico está en unos 4 meses cuando faltan apenas 60 días para la liberación de los nuevos vinos. Sí es cierto que no son parejos, en tinto aproximadamente se reduce a 3 meses y en blanco en cambio se duplica.
De estos números se desprende que no hace falta cambiar fechas, más teniendo en cuenta que como decíamos varietales y exportación están permanentemente liberados. Desde el propio INV aseguran que es algo tradicional y solo se busca bajar los precios mediante estos pedidos o con la amenaza de importar vino.
Además, técnicamente, es casi imposible ya que la cosecha termina los primeros días de mayo y a partir de allí realizar todos los análisis técnicos, etcétera, para fijar el grado alcohólico y demás para después recién fijar la liberación.
Del otro lado del mostrador, los productores están pidiendo en cambio postergar la fecha de liberación del vino nuevo. Es lógico, ven una cosecha chica, precios en alza y un stock que no es escaso, pero sí justo y apuestan a que sus precios mejoren un poco más antes de que los nuevos vinos entren al mercado.
La pelea se da en un marco de profundo desánimo en los productores que sufren lo mismo que los trabajadores, la inflación. El jueves en la mañana, Coninagro presentó en Mendoza su trabajo sobre las percepciones y la realidad de los productores de las economías regionales, que refleja una molestia importante con la situación y la falta de oportunidades.
En tanto, en lo institucional el clima sigue tenso. En estos días debería producirse la asamblea de WofA postergada el año pasado en medio de una polémica casi escandalosa sobre la disolución de la misma para fusionarse con Bodegas de Argentina.
Por supuesto que cuando las vacas son flacas las disidencias se profundizan, los números que presentó esta semana en su newsletter la entidad bodeguera (que ya abandonó casi por completo la sede de calle Rivadavia) confirman que los mercados de exportación e interno están complicados. Las previsiones, por otra parte, no son buenas, los especialistas ven que puede existir cierta recuperación, pero será muy parcial y por nichos.
Para el final y en un fin de semana tan especial donde conmemoramos 40 años del desembarco en las Islas Malvinas que abrió paso a otra de las tragedias argentinas, vale la pena destacar el gesto de ACOVI y el Fondo Vitivinícola que en la noche del jueves homenajeó a los veteranos de Malvinas en La Enoteca.