Barrera confesó ser el autor del crimen de Diego Aliaga

Uno de los detenidos por el crimen del empresario Diego Aliaga (51), cuyo cadáver fue hallado en septiembre último en un descampado de la localidad mendocina de Lavalle, confesó ante el fiscal de la causa ser el autor del crimen, mientras que la fiscalía amplió las imputaciones sobre los cinco acusados, informaron hoy fuentes judiciales.

"Diego se me murió", confesó el imputado Diego Barrera (50), quien era socio de la víctima y está apresado junto a su familia como los principales sospechosos por la desaparición y posterior homicidio del empresario.

Tanto Barrera, como su pareja Bibiana Sacolle (46), los dos hijos de la mujer, Lucas (26) y Gastón Curi (28), y un empleado llamado Yamil Rosales (32), fueron convocados el lunes por el fiscal federal,Fernando Alcaraz, para comunicarles el cambio de calificación de la causa a "secuestro extorsivo seguido de muerte agravado por la participación de dos o más personas", tras el hallazgo del cuerpo el 11 de septiembre en un descampado.

Tanto Sacolle, como sus hijos y el empleado Rosales se desligaron del hecho al escuchar la ampliación de la calificación, pero Barrera confesó ser el autor del crimen al señalar: "Diego se me murió".

Además, el hombre aseguró que ellos (por el resto de los imputados) no sabían nada del hecho y también desmintió que haya habido un secuestro.

En su declaración que hizo por escrito a través de su abogado, el acusado afirmó que se reunió con Aliaga el 28 de julio en una vivienda en la localidad de Rodeo de la Cruz, y que allí comenzó una discusión entre ellos que dio lugar a una pelea que "se fue de las manos".

Barrera agregó no saber dónde estaba enterrado el cuerpo del empresario y pidió perdón a la familia de Aliaga.

El caso

En esta nueva instancia, luego de esta confesión, será la Cámara de Apelaciones quien deberá definir este viernes si la causa continúa en el fuero federal o pasa al provincial.

De las pericias surgió que todo ocurrió el 28 de julio, cuando Aliaga salió de su vivienda ubicada en el barrio Palmares, a bordo de una camioneta prestada por un vecino con el objetivo de mantener una reunión con su socio en una casa de Rodeo de la Cruz. Desde entonces nada más se supo de él hasta que el 11 de septiembre hallaron su cuerpo en un descampado.

Barrera era socio del empresario y despachante de Aduanas y fue el último que lo vio con vida, mientras que horas después de su desaparición, el hermano de Aliaga recibió un llamado en el cual le exigieron un millón de dólares a cambio de su aparición, por lo que el hecho comenzó a ser investigado como un secuestro extorsivo.

"Dejá de mover el avispero. Andá buscando un palo verde y ya te vamos a llamar", le dijeron a su familiar.

Entre las pruebas que complicaron a Barrera y sus familiares se encuentran las grabaciones de algunas cámaras de seguridad en la zona de la vivienda donde se encontraron con Aliaga el 28 de julio por la mañana.

Las imágenes mostraron la llegada de Aliaga al lugar en un vehículo BMW y luego a Barrera y los otros dos jóvenes en distintos automóviles, pero tras ello no se lo vio salir a Aliaga.