Caso Próvolo: "Ha sido un proceso complejo tanto para las víctimas, como para la querella"
Oscar Barrera, abogado representante de las víctimas del Próvolo, reflexionó sobre el delicado y emocionante proceso de defensa que ejerció en el caso.Uno de los abogados de víctimas en el segundo juicio del Instituto Próvolo por abusos sexuales cometidos a menores de edad sordos e hipoacúsicos, cuya causa transita su último tramo, sostuvo que "es muy difícil de describir en palabras la complejidad de este proceso", para las víctimas y para él.
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"Este fue un camino largo, primero para las víctimas, y para nosotros los abogados de los querellantes fue el camino de acompañarlos y de tratar de que se consagren sus derechos, que se restituyan sus derechos vulnerados", dijo uno de los abogados de las víctimas, Oscar Barrera.
En una entrevista realizada el abogado reflexionó y dijo: "En lo personal, los que nos dedicamos a defender derechos humanos y más de personas con discapacidad, vamos detrás de una utopía permanente. Esto fue un juicio maratónico, preveíamos que iba a ser así, muy largo, complejo y es muy difícil de describir en palabras la complejidad de este proceso".
Cómo comenzó todo
Sobre los comienzos -noviembre de 2016-, el abogado contó cómo ocurrió la primera denuncia: "Una primera víctima no aguantó más, porque se encontró en la Asociación de Sordos con otra chica, recordó quien era y recordó lo que le había pasado a ella...decidió ir a buscar al servicio de intérpretes de la municipalidad de Mendoza para que le ayudara a transmitir ante la autoridad lo que le estaba pasando".
El abogado contó que esta primera denunciante "quería que se supiera", por lo que acompañada de la intérprete fue hasta la Legislatura de Mendoza, donde fue recibida por la senadora Daniela García y le contó lo que le había pasado. La denuncia allí se motorizó cuando la -en ese momento- vicegobernadora Laura Montero habló con el procurador Alejandro Gullé e hicieron la denuncia.
Al ser consultado sobre si recordaba algún caso en particular, Barrera inmediatamente relató: "Hay un chico que se retiró del Próvolo, se fue a su pueblo en el Litoral por los abusos sufridos en el Instituto, y por las amenazas de las autoridades de ese Instituto, la madre se cambió de casa y cambio su número de teléfono, no había forma de dar con él, desde el periodo que se fue hasta que se hizo la denuncia nadie se había comunicado con él".
"Su nombre apareció en la investigación penal por referencia tales como que había un chico así, que vive en el Litoral y le pasó tal cosa, no sabíamos quién era, entonces dijimos; un chico con discapacidad seguro tiene certificado único de discapacidad, y esto nos dio una mano la Defensoría de Personas con Discapacidad, cobra pensión y ahí lo encontraron, vivía en el Litoral".
Luego y "con la ayuda del comisario del pueblo dieron con él, esa Organización Pública lo encontró, ni yo, ni el fiscal, esa entidad pública, la Defensoría lo encontró", resaltó el querellante.
Sobre este caso agregó que "luego a través de una videoconferencia, con un equipo formado por psicóloga, a social, e intérprete se le preguntó si se trataba de las personas que describieron, dijo sí, soy yo; se le preguntó si estaba dispuesto a declarar, aceptó y se hizo la logística para traerlo a la provincia".
"Quería que fuera su abogado, y lo representé, es uno de los chicos que he representado siempre; nadie sabía lo que iba a declarar, nadie. Estuvo cinco horas declarando", dijo el abogado que representa a tres víctimas en esta causa.
Barrera contó detalló también que el juicio desde su comienzo tuvo un sinnúmero de artilugios defensivos, denuncias penales a intérpretes de los y peritos oficiales, desacreditaciones al Ministerio Publico, a las víctimas y a sus abogados, informes de peritos pagados por las religiosas cuestionando la labor de los intérpretes y los psicólogos y psiquiatras oficiales, incluso trajeron la historia de que todo estaba orquestado por las víctimas.
"Durante el proceso trataron además de ridiculizarlos", puntualizó el abogado.
Y agregó: "Decían que creen en fantasmas, porque ellos hablaban y decían que soñaban con fantasmas. ¿A vos qué te parece? Niños albergados, institucionalizados, sacado de sus familias, abusados sexual, física y psíquicamente, en un lugar como el Próvolo, quien no ha soñado con cosas así de niños y con eso pretendieron ridiculizarlos".
Un proceso largo y complicado
El abogado contó que desde los inicios la causa fue complicada y que durante todo este proceso "hubo dos o tres incidentes por semana, casi tres años y todos los días, salvo las ferias y algunas licencias de algún magistrado o algún plazo que se dio para estudiar un tema para hacer algún planteo, pero lo demás era todos los días".
Sobre el último tramo del juicio -el miércoles 30 será el turno de los alegatos finales de los defensores-y ya finalizada su participación, tras el cierre de su alegato, Barrera dijo que se encuentra "satisfecho, la labor está cumplida".
En este sentido agregó: "Las víctimas también lo consideran así, más allá que está el reclamo de justicia, todo este tiempo fue agotador, desgastante y son los últimos esfuerzos, nosotros terminamos con este juicio y ya está, es lo último. Yo le prometí a los chicos que es lo último y aceptaron venir y declararon, algunos lo hicieron desde su provincia, desde sus casas o institución; para ellos también es el último esfuerzo".