Historias extrañas y curiosas de la declaración de nuestra independencia

La copia del acta, que llegó a Mendoza el 20 de julio de 1816, es una de las cuatro originales que se guardan en el país.
domingo, 9 de julio de 2017 · 00:00

El constitucionalista mendocino Dardo Pérez Ghilou, en sus Ensayos sobre la política institucional de Mendoza, sostiene que Juan Agustín Maza y Tomás Godoy Cruz fueron "personajes fundamentales del Congreso de Tucumán de 1816 al ser los intermediarios de los ideales del general José de San Martín, que se encontraba abocado a la preparación del Ejército de los Andes”.

Esos ideales se expresaron por el pedido de declarar, en forma urgente y sin más pérdida de tiempo, la libertad y la independencia de España, y constituir la unión interior de las Provincias Unidas de América del Sur, en una clara identificación de lo americano con lo nacional.

¡Libres e independientes!

La declaración de la Independencia se conoció en Mendoza el 19 de julio por una comunicación dirigida a San Martín. No la recibió el Padre de la Patria, quien estaba en Córdoba reunido con el director supremo Juan Martín de Pueyrredón. La buena nueva fue recibida por el chileno Bernardo O’Higgins, quien temporariamente lo reemplazaba como gobernador intendente a cargo del poder militar.

Una copia de los 1.500 ejemplares que se imprimieron en lengua española llegó al día siguiente. El documento es una de las joyas que nuestra provincia guarda en el Archivo General y que posee un valor excepcional por ser una de las cuatro originales que se conservan en el país. El libro donde firmaron el acta los congresales se perdió por el 1820.

Los festejos fueron trascendentes

Para los mendocinos, la noticia de la declaración de la independencia se transformó en jornadas de júbilo. El Cabildo mandó a iluminar la ciudad aldeana, se organizaron corridas de toros y programaron disparos de fuegos artificiales, un tedeum, una formación militar de los granaderos, festejos y bailes populares.

San Martín regresó en agosto y presidió la jura el 8, que se celebró en el Cabildo, acompañado de una parada militar con jefes, oficiales y tropas del Ejército de los Andes.

¿Amarilla y verde?

Al profundizar en los acontecimientos de Tucumán, se descubren desde ricas tradiciones, mitos, anécdotas y leyendas hasta los documentos que dan claridad y otros que generan errores históricos. Uno lo asume la educación primaria, y está testificado en libros escolares y para maestras, las páginas del Billiken desde los años ’20 y por Anteojito desde los ’60 , al presentar la fachada de la Casa de la Independencia con muros amarillos y puertas y ventanas verdes. Las imágenes eran, en su gran mayoría, recreaciones del óleo del artista cordobés Genaro Pérez de fines del 1800.

Documentos del Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán y profundas investigaciones dan fe de que no eran esos los colores: en 1816, la casa lucía el blanco a la cal en los muros y el azul Prusia en las puertas y ventanas porque representaban los colores de la Patria.

La Casa de la Independencia fue demolida. La que hoy luce en Tucumán es una recreación testimonial sobre documentos de la época. Fue inaugurada en 1943 por el presidente Pedro Pablo Ramírez.

Pintar la verdad, solo la verdad

No solo brillaba en las paredes de los colegios, pizarrones y cuadernos, el frente de la casa. Se recreaba el momento donde los diputado respondían a si querían que las Provincias de la Unión fuesen "una nación libre e independiente de los reyes de España”, con vecinos y patriotas aferrados a las rejas de la casa. Otro error. El salón estaba pasando un patio interno y las aberturas interiores no tenían esas protecciones.

Dos siglos

En la declaración de nuestra Independencia -se toma como hora las 14 del martes 9 de julio de 1816- se completó el ciclo revolucionario iniciado en la provincia de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, se estableció la liberación definitiva de la corona española y de toda otra dominación extranjera y fue el pilar fundacional de la República Argentina. De ese instante, con sus relatos, ricas tradiciones, valiosos documentos, anécdotas y hasta errores históricos, ya han transcurrido dos siglos y un año.

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