Adrián Yacopini: en la carrera de la vida

viernes, 25 de enero de 2019 · 07:00

Adrián Yacopini tiene 48 años, es mendocino, empresario, deportista, esposo y padre de familia. Lo apodan Chino. A fines del año pasado fue elegido como Empresario del Año. Celebró poco, ya que su cabeza y su corazón estaban puesto en una nueva edición del Dakar, que este año se corrió en Perú. Allí, volvió a participar junto a Federico Villagra y Ricardo Torlaschi logrando un cuarto puesto en camiones, con un Iveco.

A pocos días de haber regresado a Mendoza, recibió a MendoVoz para hablar de todo: carreras, autos, empresas y familia.

-¿Cómo fue la experiencia de participar en este Dakar, que se corrió solo en Perú?

-La verdad es que fue difícil llegar al Dakar este año, por la situación económica que se vivió el año pasado. Durante el 2018 se planteó un tema importante con nuestro sponsor porque el apoyo que teníamos era bastante importante y no podíamos pedir algo descabellado. El dólar pasó de $20 a $40 y ese fue el primer tema que nos tuvo bastante distraídos hasta que pudimos pagar el seguro de vida -que es en euros y muy caro-. Recién entonces pudimos empezar a pensar en el nuevo Dakar que se iba a correr en Perú. Después de eso empezamos a trabajar con muy buen ritmo haciendo doble turno hasta el momento de la carrera. La experiencia fue buenísima porque ya nos había pasado que el año pasado llegando a la última etapa veníamos de igual a igual con los rusos y no le teníamos tanto miedo a eso.

Tuve la suerte de salir bien. De los 48 camiones que partieron solo 11 llegaron y de esos solamente cinco cumplieron todos los ítems que pone la carrera. Por eso nos dieron el premio como la mejor tripulación de todos los camiones. Esa evaluación la hacen todos los equipos que corren; nos votaron y por eso pudimos hacer podio.

-¿Conocías las rutas?

-Había corrido El Inca Rally y algunas de las etapas eran esos caminos. Pero lo que tuvo este Dakar fue mucha duna. Con respecto a la carrera, como todos los Dakar, fue muy difícil. Esta fue la edición 41 y fue una de las más difíciles de las ocho que corrí. Perú tiene una característica: tiene el mar a mano derecha, las dunas a mano izquierda y el desierto con planicies muy largas y dunas muy altas; además tiene un polvo muy liviano que termina haciendo intransitable el lugar cuando pasan más de dos vehículos. La mayor complejidad fue que nos hacían andar tres horas sobre dunas y el ritmo de carrera te confunde porque la visión termina transformándose en algo igual de manera permanente. Por eso, los accidentes eran muy comunes.

-¿Creés que volverá a nuestro país la carrera?

-Tenemos mucha esperanza de que vuelva y que sume a Chile o Paraguay porque sería más entretenido. Además, por el tema cambiario, muchos competidores no pudieron participar.

-Tenés 48 años e imagino que tu estado físico debe ser envidiable.

-Apenas volví de Perú, cumplí con una promesa que hice antes de viajar: hacer un recorrido por distintos lugares de la montaña, que dio un total de 118 kilómetros en bicicleta. Y no tuve problemas en hacerlo porque estoy acostumbrado, me cuido bastante y tengo un régimen de comidas permanente que me envían desde Holanda. Además, tengo dos entrenadores quienes me hacen utilizar mi propio peso para hacer ejercicio; también tengo otro ejercicio de concentración muy bueno y hago bicicleta (martes, jueves y sábados).

-¿Cuántos años hace que practicás deportes?

-Durante 11 años corrí triatlón con Raúl El Turco Lemir. Antes estuve tres años corriendo maratones (empecé en el 1996). Y desde ahí en adelante no pare más. Es un ritmo de vida que me gusta.

-¿Imagino que te das algunos gustos?

-Es cierto que tomo vino y que me gusta la cerveza, pero trato de acostumbrarme a los entrenamientos y a las condiciones que me van poniendo los equipos oficiales.

-¿Cómo es subirse a un camión para correr un Dakar?

-Esto es lo más difícil que he corrido y eso que anduve en todo. Es muy duro estar en un camión. No manejo, voy en el medio y tengo una responsabilidad importante en la parte de navegación porque estoy con todo el control de la potencia del motor, de los turbos y del inflado y desinflado de cubiertas. Para que tengas una idea: si llegás a equivocarte en una subida y no subís con la potencia indicada -que la pongo yo- el camión tracciona mal y eso hace que no subas bien. Y si desinflás mal las cubiertas también se hace pesado. Cuando empieces a ver videos de carreras de camiones vas a escuchar los ruidos que son los que genera la potencia y las cubiertas. Es todo automático pero lo digito yo.

-¿En algún momento mirás el camino?

-Sí, miro para adelante porque ayudo mucho a Federico. Como he sido piloto, tengo tiempo de sobra para calcular el camino y ayudar. Por eso creo que esta tripulación es de las mejores del mundo: porque nos entendemos muy bien.

-¿Vas a seguir con los camiones?

-El próximo 28 de marzo nos han invitado para firmar el contrato a nivel mundial con Iveco y Petronas. Ahí vamos a develar nuestro futuro. Creo que será bueno volver a estar porque nos divertimos mucho. Esta carrera es corta y no quiero abandonarla porque he llegado a lo máximo.

-¿Realmente te divertís? Desde afuera se ve como un deporte de riesgo.

-Lo que pasa es que me entreno durante mucho tiempo y hay cosas que para vos son un peligro extremo y para mí ya no lo son porque lo viví varias veces. Tenemos muchos kilómetros encima. Cada Dakar que he corrido son 9.000km y he corrido 8.000km. Tengo un gran amigo -se llama Oscar Galíndez y es triatlonista y corredor de Iron Man- que me dice que los mejores corredores de Iron Man son los que tienen entre los 45 y los 52 años porque son los que tienen más experiencia. Creo que esto es más o menos lo mismo.

-Esa es la madurez.

-Y la experiencia también. Carlos Sainz tiene 62 años y es un tipo que disfruta muchísimo correr y que tiene una gran trayectoria. Si un camión te saca tres horas y media de diferencia lo único que podés hacer es tratar de mantener la mejor performance. Y eso hace que la carrera se transforme en algo divertido.

-¿Tenés ganas de conducir vos el camión?

-A veces me dan ganas de tomar el volante, pero Federico es tan bueno que lo veo imposible.

El empresario

-¿El deporte te sirve para relajarte de la parte empresarial?

-Sin dudas. Por eso siempre que puedo apoyo al deporte. Desde hace 12 años estoy con Chevrolet y siempre apoyo carreras o maratones con Yacopini Motors porque creo que así se mejora la calidad de vida. Es un cable a tierra que todos debemos tener; primero, porque te sentís bien como ser humano, y además porque le das una ayuda de corazón para que pueda funcionar mejor.

-Hablemos de negocios. Estamos en tiempos complicados.

-Los que estamos en la industria automotriz sabíamos que se venía una época muy complicada porque las importaciones y las balanzas comerciales no cuadraron nunca con el gobierno anterior. Pero tampoco pensamos que fuese tan de golpe la caída; imaginábamos que iba a ser gradual. Tampoco esperábamos que fuera a durar tanto. Ahora viene un año electoral y pensamos que va a moverse un poquito el tema de las tasas de interés y de consumo. Si no es así, estaremos ante un grave problema. Hay que reestructurarse. Si antes vendía 10, hoy vendés la mitad. Pero mi infraestructura sigue siendo la misma. Entonces, si antes tenía 8 luces prendidas, ahora tengo 4 y esto es lo que se ha aplicado también en todas las casas.

-¿Ves que hay un cambio de hábitos?

-Sí, en todos los rubros. Hablaba con gente que está en la gastronomía y me manifestaban lo mismo: si antes una familia iba a comer cuatro veces al mes a un restaurante, ahora va dos veces. También se da con el tema de vacaciones: si te ibas 20 días, ahora te vas 10. Son cosas a las que hay que amoldarse. Hay que tratar de salir lo antes posible de la crisis porque si te quedás pensando en lo anterior, te puede afectar mucho.

 

¿El candidato?

-Debés ser una persona tentadora para los políticos, ¿te han ofrecido cargos?

-Sí, muchas veces pero realmente creo que cada uno debe hacer lo que sabe. Tendría que aprender mucho porque creo que un puesto político no es para cualquiera. No soy de un partido político definido. Y sí he recibido ofertas, pero a todos he dicho que no porque creo que es una irresponsabilidad de mi parte. Tengo 350 colaboradores en mi empresa y a veces me asusta a esa situació. Imaginate lo que sería tener 3.500 o 35.000 colaboradores. Tal vez me gustaría ayudar en lo que respecta a Deportes o Turismo pero nunca pensando en un cargo. Estoy muy informado, leo de política pero no entiendo muy bien cómo viene la mano con los candidatos. Lo que sí creo es que nos merecemos algo mucho mejor.

En Mendoza, no veo mal el mandato de Alfredo Cornejo. Pero esta provincia tiene mucho para ofrecer y se han abierto posibilidades de crecimiento. Tenemos que mirar profundamente en ese aspecto y trabajar en eso. Hay un gran potencial y debemos lograr mostrarlo al mundo.

-Tenés una línea de vinos.

-Sí, Chiara se llama y es homenaje a mi hija (NdR: tenía 8 años y falleció en un accidente de tránsito). Lo estoy haciendo con un amigo enólogo. A todos los que compran un auto 0 Km le regalamos una botella y también hay para el consumo propio de Territorio Yacopini. Además tenemos una línea Premium que exportamos.

Caer y levantarse

-Murió tu hija, ¿cómo salís de ese pozo?

-La fe, al principio, desaparece. Te preguntás porqué a vos y te pasan mil cosas por la cabeza. Al principio, estaba enojado con la vida y después la fe me empezó a ayudar, me empezó a sacar del pozo. Además tuve la ayuda de profesionales y de la tecnología; pero, por sobre todas las cosas, el tiempo es el que cura todo. El tiempo te da las opciones: la a) irte con ella; o la b) superarte, aferrarte a tu familia y seguir adelante.

Hablar de la pérdida de Chiara no me afecta porque lo veo asumido y creo que dando charlas puedo ayudar a mucha gente a darse cuenta de que no se termina el mundo y que se puede tener revancha, que se puede seguir.

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