“Conocer el lugar donde uno pretende gobernar marca una enorme diferencia”

El intendente de Luján de Cuyo se sentó a dialogar con MendoVoz sobre su gestión al frente del departamento y sobre lo que se viene en ese municipio.
viernes, 22 de marzo de 2019 · 07:00

por Walter Gazzo

La oficina de Omar De Marchi es cómoda, amplia y con un gran ventanal a la plaza departamental, dentro de un edificio antiguo y lleno de historia.

No hubo que esperar mucho más allá de la hora señalada para acceder a ese despacho, porque el intendente maneja la agenda con cierta precisión. Y una vez allí instalados, le ofreció café a MendoVoz mientras él aprovechaba para comer su yogurt mañanero.

Los primeros minutos de la charla fueron dedicados de lleno a su sueño de ser el próximo gobernador de Mendoza. Habla apasionado y centrado sobre sus propuestas y sabe que la tarea no será sencilla… Pero si no lo intenta, nunca sabrá el resultado. Y está totalmente dispuesto a correr ese riesgo, apostando al conocimiento que la población mendocina tiene sobre él.

Después de eso, empezó a hablar de lo propuesto: la Municipalidad de Luján de Cuyo. Y estos son sus conceptos:

 

 

-¿Cómo analiza estos tres años como intendente?

-Nosotros llegamos a conducir una Municipalidad que tenía muchas dificultades. El estado era desastroso y no hace falta que yo lo diga porque era vox populi que estaba muy mal todo esto. Pero lo más grave de lo que recibimos no fue solamente la falta de infraestructura y que no había recolección de residuos, lo más grave era que no había rumbo ni estrategia de conducción en la Municipalidad. Y eso es muy difícil de armar, porque tapar el bache de una calle se puede hacer consiguiendo recursos y se soluciona; ahora, volver a reconstruir dentro del municipio el equipo de trabajo que va desde el intendente hasta el último hombre de la recolección, rearticular eso fue lo más difícil pero lo más apasionante. Esto nos permitió armar un gran equipo y tener buenos resultados. Y lo segundo más complicado -pero muy apasionante también- fue empezar a recuperar la autoestima de los lujaninos, y esto te lo digo como lujanino: nos sentíamos ninguneados y abandonados.

Era muy mala la gestión anterior y a los costados teníamos departamentos muy bien conducidos cómo Maipú, Tunuyán y Godoy Cruz, que mostraban un contraste muy fuerte. Pasabas el Calvario y te encontrabas con la buena gestión de Godoy Cruz o hacías un pasito y te encontrabas con la buena tarea de Maipú. Eso nos puso muy mal y nuestra gestión contribuyó a la recuperación de la autoestima de nosotros como pobladores de este departamento. Hoy se habla bien de Luján en todos lados y lo digo de manera orgullosa y para nada arrogante. Ese fue uno de los desafíos más fuertes que nos propusimos.

 

-¿Con que números se encontró?

-Para que te des una idea el presupuesto del año 2015 era de $600 millones y se debían $400 millones. Habían acumulado una deuda de casi un presupuesto total. Más grave todavía fue que en los primeros 20 días de gestión vencían $100 millones. Llegamos y nos encontramos con personal con dos o tres meses de sueldos impagos, no se pagaban contratos de ningún tipo, la recolección de residuos hacía 45 días que no se llevaba a cabo. Se había tomado costumbre que los vecinos iban con la bolsita de residuos y la llevaban a Godoy Cruz o Maipú para tirarla; e incluso muchos barrios contrataban camioncitos para que les llevarán los residuos. Así llegamos. Hoy, solo tres años después, hemos aprobado presupuesto de $2.200 millones y tenemos ahorros para poder pagar al menos dos nóminas salariales sin ningún tipo de problema. Resolvimos todo el problema económico profundo y hoy estamos financieramente muy bien.

 

-¿Cómo es la recaudación municipal?

-Cuando llegamos del 100 % de lo que se recaudaba -que era muy poco- el 22% era de jurisdicción municipal. Es decir de cada $100 que entraban a Luján, solo $22 los aportaba el departamento y los otros venían de la coparticipación federal o provincia. Hoy, de recaudación propia, estamos en el 50%. Ni siquiera ya dependemos de la coparticipación. Cuando llegamos había un porcentaje de recaudación que no superaba el 32%, es decir, 7 de cada 10 lujaninos no pagaban sus tasas municipales. Hoy estamos en el porcentaje exactamente inverso: en un 68% de cobranza, que es muy alto punto. Esto no es porque seamos malos sino que le debo agradecer a los vecinos porque cuando ellos comprenden y ven que su dinero se destina a obra y hay adelantos van y pagan contentos.

 

-¿Cómo es su trato con el gobierno provincial?

-Hemos tenido siempre una muy buena relación. Siempre cumplieron con lo pactado y además puede verse que el trabajo que han hecho en la provincia es muy bueno.

 

-¿Cuál es su opinión sobre el Unicipio?

-Es una buena idea que necesita estar fondeada y cuando los fondos dependen de otras jurisdicciones -en algunos casos- quedan las acciones medias paralizadas. Unicipio es un concepto interesante porque es una mirada global del Gran Mendoza, más allá de los límites departamentales. Hay muchos temas que trascienden los departamentos como el transporte o como el desarrollo de las ciclovías o el tratamiento de residuos y hemos avanzado bastante con este último tema, por ejemplo. Luján ya no lleva una sola bolsa más de residuos a un basural de cielo abierto, como fue durante muchos años sino que llevamos todo a la planta de Las Heras. Pero para poder hacer eso también necesitamos plata porque hay que pagar ese transporte y esto habla de la solvencia económica nuestra para poder asumir estas erogaciones. Hay otros proyectos más profundos que necesitan fondearse y en algún momento se darán. Las ciclovías, por ejemplo, no son un tema menor sino que es un cambio cultural que hace dejar el auto para empezar a usar el transporte público y pensar en la ciudad amigable. Hemos hecho 60 kilómetros de ciclovías de un total de 125 kilómetros proyectados.

 

-Usted camina mucho su departamento... ¿qué le pide el vecino?

-Nací a 200 metros de la Municipalidad. Mi viejo -históricamente- tuvo una sodería que la puso mi abuelo en la década del ‘30. Los soderos entraban en todas las casas y, tal vez de ahí, aparece mi vocación por el servicio. Soy un apasionado de Luján. Mi familia es de acá; la familia de mi esposa, también; mis hijos son de acá y conozco a las familias que son de acá. Conocer el lugar donde uno pretende gobernar marca una enorme diferencia en la priorización de los recursos porque cuando conocés, sabés. Si hay diez calles que necesitan asfalto y solamente tenés para tres, sabés cuál podés priorizar. Si no conocés, no vas a tener esa ventaja.

He sido el único intendente -de 1983 a la fecha- de Luján. Osvaldo Ortiz -que gobernó del ‘83 al ’87- era del Valle de Uco; Luis Carral (1987-1999) era santiagueño; después vine yo; Omar Parisi (2005-2011) es de Rivadavia; y López Puelles puede que sea de Ucrania… (risas).

Hemos levantado la vara. Cuando llegamos nos pedían algo tan básico como levantar los residuos y fue famoso el accionar nuestro porque la misma noche que asumimos sacamos los camiones recolectores a la calle y los vecinos los aplaudían porque hacía meses que no pasaban. Hoy nos piden cosas más sofisticadas como, por ejemplo, la reconversión de luces a led en todo el departamento. Cuando llegamos, cada diez luminarias tres y media estaban apagadas. Hoy cambió todo.

 

-Se va en diciembre y sabe que hay una obra que no pudo hacer. ¿Cuál es?

-Son varias pero podría decir que una va a estar terminada y confío en que sea el hospital. Por eso apuramos a la provincia en estos días y confío en su palabra. Nos dijeron que en los próximos cinco meses debería estar al menos una parte habilitada. Pero tengo dos obras importantes con las que me voy a quedar con las ganas: una, es el desarrollo real del perilago de Potrerillos. Esa es una obra que -paradójicamente- no depende de nosotros sino de la provincia pero para mí fue una obsesión desde que llegamos. Como intendente eso tiene un altísimo impacto en toda la provincia.

Lo segundo es que me quedo con las ganas de haber hecho un gran teatro para el departamento. Creo que el lugar es este, frente a la plaza. Cuando hagamos el cambio al parque Cívico (en donde van a ubicarse 14 inmuebles que alquila la municipalidad) esto tendrá una afectación inicial para la cultura porque vamos a trasladar aquí la Escuela Municipal de Arte. La idea sería que -el día de mañana- pueda hacerse en este terreno un teatro municipal, con capacidad para 700 y 800 personas. Ya tenemos un anteproyecto que hemos trabajado. Eso me hubiese gustado dejar hecho.

 

-Habló del nuevo Parque Cívico. En su momento hizo mucho ruido. ¿Fue complicada esa instancia?

-Sí, con algunos sectores que estaban muy afectados por todo lo que pasó en ese lugar. Pero uno tiene que pensar como intendente y ese lugar -que son seis hectáreas de terreno, es decir seis plazas con una construcción cubierta de casi una hectárea- está en Luján, es decir que no compramos algo que estaba en otro lado. Ese espacio había tenido algunos intentos de usurpación concretos y hay más de 100 oficinas o espacios que pueden subdividirse. Por otro lado, estaba deteriorándose el edificio de manera notable. Como intendente tenía que hacer algo y no podía dejar que eso pasara, porque si no iba a suceder que cuando pasará el tiempo la pregunta iba a ser: “¿Por qué no hiciste nada?”. “¿Por qué dejaste que eso se derrumbara, se rompiese?”. Actuamos con muchísima buena fe incorporándolo para el Estado porque no vamos a hacer ninguna otra cosa que no sea lo que dijimos. Y, por otro lado, reconocemos las aberraciones que allí sucedieron y comprendemos y acompañamos a las víctimas. Creemos, también, que el hecho de entrar ahí servirá para que se mantengan algunas pruebas que con el paso del tiempo podrían haberse borrado. Si vos no hacés nada, nadie te critica. Para mí hubiese sido mucho más sencillo hacerme el tonto. Pero gobernar es tomar decisiones y es asumir riesgos.

 

La sucesión
-¿Quién es la persona en la que confía para que quede al frente de la Municipalidad?
-Va a saberse de aquí a un tiempo. Las listas cierran el 19 de abril y queda un montón de tiempo. No sé por qué algunos se han apurado tanto si las listas siempre cierran sobre el momento. Nosotros no nos apuramos. Hay muchas personas con capacidad perfecta para ocupar esta posición. Un buen intendente es aquel que, seis meses o un año después de haberse ido, la Municipalidad como mínimo está igual o mejor porque eso habla de procesos y de equipo. Si la gestión está apoyada en la impronta de un hombre es un error. Hay que dejar procesos y equipos para que esto funcione estando vos o no.

 


Asoma Martín Kerchner
-¿Cómo tomó el anuncio del radicalismo de llevar a Martín Kerchner como precandidato a intendente?
-Están quemando naves evidentemente. Me sorprendió -a pesar de que había un ruido- porque hasta una semana antes era candidato a intendente de la Capital y él fue funcionario de la Municipalidad de Godoy Cruz… Me sorprende. Es más: la verdad no sabía que era de Luján. Es buen tipo, es amigo… No, no es amigo. Es buen tipo. Si ellos proponen ese candidato nosotros vamos a proponer el nuestro e intentaremos que esto continúe. Por eso te decía que es importante conocer el lugar en el que uno quiere gobernar y no me refiero al lugar geográfico sino conocer a la gente. El intendente debe conocer a Don Elías Juan y saber que tiene 90 años y que el padre vivía acá hace 100 años; o quién es el doctor Ianardi; o quién es Ulises Vitale. Y eso hace a la articulación de la comunidad. Por eso me sorprende esta candidatura, solamente porque no es de Luján…

 

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