“Son necesarios el recambio generacional y las ideas nuevas”

Alejandro Bermejo, intendente de Maipú, se sentó a hablar con MendoVoz sobre su gestión y su decisión de no seguir al frente del Municipio.
viernes, 8 de marzo de 2019 · 07:00

Alejandro Bermejo es uno de los intendentes con más experiencia en Mendoza. Trabajó con todos sus antecesores y lleva dos mandatos al frente de la Comuna de Maipú. Apenas se conoció el decreto gubernamental que prohibía la reelección de los intendentes, fue el primero en anunciar que no insistiría en seguir en su cargo. Hoy sigue trabajando y su tarea es posicionar a Matías Stevanato -actual jefe de Gabinete- como su sucesor.

En medio de intensas reuniones políticas que definen futuros y pasados, Bermejo -el Ale, para los vecinos- recibió a MendoVoz en un salón previo a su despacho, presto a responder preguntas. Sirvió café, fue muy amable y mostró su pasión por la política y Maipú.

-¿Cómo ha podido llevar esta segunda etapa de su gestión?
-Hago balances permanentes de lo que se va haciendo y siempre me quedó con la expectativa de hacer mucho más. Hemos hecho lo que hemos podido hacer y trabajar a lo largo y a lo ancho del departamento. Desde hace algunos años sacamos el plan de obras públicas a los distritos y eso nos dio muy buenos resultados. Trabajamos en combinación con Vialidad provincial, que nos autorizó a intervenir en jurisdicciones que no son nuestras, y donde pudimos hacer inversiones millonarias para mejorar rutas y caminos en lugares como Chachingo, Santa Blanca y la calle Los Álamos. Hemos hecho casi 70 kilómetros de asfalto en zonas rurales, lo que nos ha permitido tener mejor conectividad, y hemos realizado mejoras de infraestructuras en zonas productivas. Este municipio es muy complejo. Te diría que más complejo que el resto de los del Gran Mendoza e igual que Luján de Cuyo, porque somos prestadores de agua y cloacas, lo que nos demanda un esfuerzo adicional que los otros municipios no tienen porque tienen a AYSAM a cargo de esa problemática. Trabajamos permanentemente cambiando y reconstituyendo cañerías de cloacas y de agua en zonas críticas. También estamos peleando una obra que presentamos hace tres años, que es para sanear toda la zona este del departamento, y aún no tenemos suerte de poder conseguir los fondos para hacerla. Estamos creciendo mucho en el aspecto deportivo y ahora estamos reparando el polideportivo Ribosqui, al que dedicamos $50 millones porque nunca se había hecho nada y lo estamos dejando a nuevo. Supongo que en mayo lo vamos a inaugurar. Y estamos construyendo tres polideportivos más en Pedregal, el barrio Soberanía y el este. Estamos apostando a generar más instrumentos de inclusión y participación.

-Hace hincapié en que lo concretan con fondos de ustedes. ¿Tienen buena recaudación?
-Podríamos tenerla mejor. Para este año tenemos un presupuesto en el orden de los $2.000 millones, del cual el 42% o el 43% es para personal, el 30% está destinado a obras públicas y el resto para mantenimiento y recursos. Lo que más nos absorbe de ese resto son las plantas de agua, porque tenemos cuatro plantas potabilizadoras, y también mantener el sistema cloacal, que es un insumo importante.

-¿Pero el vecino cumple?
-Sí. Estamos en el orden del 65% o el 70% de recaudación. Es importante, y el vecino muestra que acompaña. Lo que sí es cierto es que nos estamos poniendo más exigentes en el pago de los servicios, pero sabemos que la situación económica no da para que podamos generarle una deuda al vecino. Tenemos un equilibrio fiscal importante, sin recursos de la Nación ni de la Provincia, y con eso implementamos el plan de obras públicas y el programa de saneamiento de agua y cloacas. En el ejercicio del año pasado terminamos con un superávit del 20%, y calculo que vamos a terminar el ejercicio 2019 con un superávit del 25%. Ya tenemos la proyección financiera hasta el 10 de diciembre, que es mi último día como intendente, y creo que estamos bien, más allá de cómo está la situación a niveles nacional y provincial.

-Hablando de eso, ¿cómo le ha ido en su trato con el Gobierno provincial?
-Ha sido un trato institucional. Veo permanentemente cómo se desarrollan con financiamiento del Gobierno nacional los departamentos del Gran Mendoza, y nosotros no tuvimos acceso a ningún tipo de financiación e inversión.

-¿Por qué? 
-Será por cuestiones personales o políticas…

-¿El Unicipio no incluyó a su departamento en este tipo de acción estratégica? 
-Se nos incluyó solo en el marco teórico, pero nunca pasamos de eso. No conseguimos ningún tipo de financiamiento para desarrollar el ordenamiento territorial, por ejemplo, y tuvimos que encarar solos el tema. Hemos hecho un trabajo serio e importante, con una proyección en el tiempo. Hace poquito firmamos un decreto, que hizo algo de ruido, que fue la paralización del desarrollo inmobiliario y, a los 15 días, el Gobierno provincial tomó la misma decisión para el piedemonte mendocino casi con el mismo decreto que habíamos redactado. Creo que nuestro decreto fue bueno para poner un poco de tranquilidad en ese tema.
 
-Entonces, el trato austero que ha tenido la Provincia con ustedes los ha llevado a agudizar la creatividad para las obras... 
-Hemos tenido que agudizar el ingenio para proyectarnos permanentemente. Los municipios prestamos servicios básicos que tienen que ver mucho con lo social y los administramos con características muy particulares, entendiendo que el recurso no es nuestro y que con eso no se jode. Hay que distribuir en servicios y en obras en virtud de la demanda que van planteando los vecinos, y tener mucho cuidado en ese manejo. Desde que estoy al mando de la intendencia hemos generado un fondo anticíclico para que los impactos de las crisis no nos duelan tanto. Hasta ahora hemos tenido buena relación con los gremios y hemos cumplido con las paritarias.
 
-El Presidente estuvo en Maipú. ¿Sirvió eso para conseguir algo? 
-Se llevó dos veces la carpeta del plan de saneamiento cloacal para el este. Es más, se la di personalmente a la carpeta y también al ministro (del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación, Rogelio) Frigerio, que vino a inaugurar una clínica chiquita, pero nunca hemos tenido suerte. Supongo que también forma parte de las mezquindades que tiene la política, porque en vez de favorecer a 30.000 vecinos se decide volcar dinero en otras cosas.

-¿La paralización del Procrear es mezquindad de la política? 
-Creo que este esquema de improvisación en donde no se puede acertar en materia económica para el crecimiento del país te termina transformando todo en una situación explosiva. Lo vemos con las economías regionales, que están devastadas; la baja de consumo, la caída de la actividad económica, la falta de exportaciones, las tasas enormes de interés, el índice inflacionario, los niveles de pobreza que aumentan… Siento que estamos en estado de coma y no se ve que este año vaya a mejorar, más allá de que sea electoral. No se ve que haya una estrategia política para poder mejorar y que se genere empleo. Lo del Procrear es porque la devaluación, el incremento de las tasas y el aumento del dólar lo ha hecho no viable para muchísimos preadjudicatarios que tienen el sueño de su casa propia, pero tampoco hubo un cambio como para que se pudiese acceder a esa vivienda. Ha sido todo muy especulativo.

-Hay algo que llama la atención de Maipú: el programa Participación Activa y Responsable (PAR ) como una herramienta que utiliza mucho. Pero realmente ¿es efectivo? 
-Absolutamente. Lo vamos reformulando año tras año porque es un esquema de plena participación  vecinal en donde ellos proponen, deciden y votan. Eso nos permitió ir visualizando la falta de presencia del Estado en los sectores más alejados del departamento y hoy se han apropiado del PAR los vecinos, sabiendo que es una herramienta que sirve para mejorar. Llegaremos a abril para entregar los subsidios que generalmente son para organizaciones sociales y en ese mismo momento vamos a mostrar el esquema de cómo seguirá el programa. Hasta ahora hemos cumplido en más del 90% de las tareas propuestas.

-¿Como piensa el vecino con respecto a las obras? 
-Dejó de pensar en lo individual para pasar a priorizar la sociedad, lo colectivo. Eso lo hemos trabajado mucho en los últimos diez años. Te doy un ejemplo: el callejón Mirasso es una calle perdida en la ruta 7 hacia el norte, a la altura de Rodeo del Medio, y pasa por un sector productivo muy importante. Siempre se presentaban los vecinos con este proyecto y lo perdían por la escasa cantidad de votos. Hasta que se organizaron y movilizaron, el resto de los vecinos se solidarizó y hoy se pudo hacer. Allí hicimos siete kilómetros de red de agua, lo que obligó a cruzar la ruta por debajo y hacer un trabajo enorme, pero sentimos que es una de las obras más importantes que hicimos en esta gestión. 

-Desde hace un tiempo se está hablando de la apertura un espacio cultural importante en Maipú. ¿En qué estado está ese proyecto? 
-Estamos discutiendo adónde lo vamos a hacer. Ahora vamos a realizar un espacio muy importante muy cerca de los toneles de la bodega Giol, que es donde está el centro de estudios superiores. Ese será un multiespacio para las organizaciones que no tienen ámbito físico, y también se transformará en un auditorio municipal, con oficinas y servicios compartidos. Lo más destacado es que ahí va a funcionar Kinder Byte, algo muy novedoso en donde vamos a trabajar con chicos que van de los 8 a los 14 años en su primera experiencia tecnológica. Este será un curso extracurricular de robótica, con especialistas y marcando la tendencia de lo que se viene. El 1 de abril vamos a inaugurar el primer Kinder Byte. Con respecto al otro espacio, lo estamos analizando porque se nos han ido los costos muy arriba. Inicialmente queríamos ponerlo en la estación Gutiérrez del Metrotranvía, porque hay un galpón que se puede recuperar, pero la tarea de urbanización sería muy cara y el acceso no es el mejor. También estamos pensando un espacio en el parque Canota o en el Metropolitano Sur.

 -¿Hay algo que sabe positivamente que no va a poder realizar? 
-Sin dudas, la obra de saneamiento cloacal del Este. Es una deuda desde hace mucho tiempo y significa una inversión millonaria, y no tenemos acceso si no es por financiamiento internacional a través del BID. Tenemos una capacidad de endeudamiento mínima. Cuando tomé este municipio, tenía el 15% de endeudamiento y hoy estamos en el 4%. Explico esto porque con nuestros recursos propios podríamos haber encarado esa obra, pero era muy costosa. Y sentimos que no nos ayudarán de ninguna parte. Esa será mi mayor falta cuando me vaya.

-¿Qué le pide el vecino cuando se lo encuentra?
-Por estas épocas, el pedido de empleo es lo que más existe. También hay muchos pedidos sobre inseguridad, pero, por sobre todo, el empleo es el mayor problema que tenemos. Como eso no lo podemos manejar, hemos armado una oficina de empleo para capacitar y enseñar.

-Ya había anunciado que no va a seguir como intendente…
-Esa fue una decisión tomada antes del decreto del artículo 198, el cual creo que es absolutamente constitucional, y yo interpreté que mi ciclo está cumplido. Son necesarios el recambio generacional y las ideas nuevas. Estamos trabajando para posicionar a Matías Stevanato, que es nuestro jefe de Gabinete y está caminando todo Maipú, y sobre quien siento que será una buena continuidad para el proceso que hemos tenido en este departamento. Acá siempre hemos tenido buenos intendentes y el desafío es mejorar día a día. Estoy satisfecho de lo que hemos hecho, pero siempre me queda una cuota de duda por lo que nos falta. En los departamentos es distinto el análisis de lo que pasa a nivel provincial. Por ejemplo, (el gobernador Alfredo) Cornejo desdobla no por respetar la ley que él mismo presentó en la Legislatura, sino para despegarse de su socio mayoritario, que es el Gobierno nacional. El peronismo necesita generar una renovación y que los jóvenes sean parte de un proyecto transformador.

-¿Y en qué lugar del peronismo estará?
-Mi intención es aportar con mi experiencia desde donde me toque estar. Quiero trabajar en una unidad y en un proyecto que tenga futuro, mirando fundamentalmente al 2023, porque el peronismo necesita un cambio generacional en todas sus líneas sumando a los jóvenes y sin la necesidad de tirar a nadie por la ventana. Tenemos que tener la capacidad de entender los momentos y no ser egoístas. Hay que dejar las mezquindades de lado y ser generosos.

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