Diques, colectores y trasvases para evitar inundaciones

Avanza un proyecto dirigido a retener corrientes aluvionales y terminar con los desbordes de agua en el Gran Mendoza.
domingo, 7 de julio de 2019 · 10:27

El Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía, a través de la Dirección de Hidráulica, diseñó el proyecto de Defensa de Escurrimientos Aluvionales en el Piedemonte del Gran Mendoza, conocido como el sistema de presas Chacras de Coria-Sosa.

Compuesto por siete grandes obras, que incluyen colectores aluvionales, trasvases de escarmientos de cuencas y dos presas de atenuación de crecidas, su objetivo es retener los escurrimientos en un valor de unos 3.500.000m3, antes de su llegada a la zona urbana del Gran Mendoza.

El proyecto, elaborado en los '80 y optimizado en el 2008, incluye la construcción de los diques Chacras y Sosa; la creación de los colectores Chacras, Sosa y Blanco Encalada, un trasvase de la cuenca Papagayos al dique Frías (este tiene mayor capacidad) y otro trasvase de la del Maure al Chacras.

Los trasvases son necesarios porque los diques Papagayos y Maure fueron construidos en los '30 y '40 para una precipitación máxima probable menor que la actual.

Con este sistema se completa el círculo de protección aluvional que tiene la provincia desde el oeste piedemontano: los colectores Las Heras, San Isidro y Blanco Encalada, las presas Papagayos, Maure y Frías, y el canal Cacique Guaymallén.

David Cangealosi, director de Hidráulica, explicó que si se tiene en cuenta la cantidad de diques de atenuación de crecidas y los colectores aluvionales que hay en Mendoza puede considerarse que la provincia es una de las más protegidas en esta materia.

No obstante, el funcionario señaló que existen zonas -como las de Luján de Cuyo- que no poseen ese nivel de protección, situación que se revertirá al construir el sistema de la presa Chacras de Coria-Sosa.

El proyecto de declaración pública de los terrenos en donde construirán las presas ha sido aprobado por la Legislatura a fin de lograr la intangibilidad de la obra, de modo que no sea limitada por ningún proyecto público ni privado que pueda afectar su ejecución.

La declaración de interés público es el primer paso para la expropiación de los terrenos y la relocalización de las personas que allí habitan, garantizada dentro de esa norma. De este modo, se pueden comenzar a ejecutar las obras necesarias, como los diques aluvionales que derivan las aguas de las zonas pobladas y mitigan los posibles efectos de los fenómenos naturales.

Esto sería el principio de la solución para las inundaciones del piedemonte y una forma de materializar su ordenamiento territorial.

La obra tiene un presupuesto de $1.000 millones, que serán financiados a través de organismos internacionales de crédito.

 

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