Vadillo denuncia grave situación ambiental en Sierra Pintada de San Rafael

El candidato a diputado nacional por el Frente Verde, Mario Vadillo, advirtió sobre la grave situación ambiental que representa el Complejo Minero Fabril de Sierra Pintada en San Rafael, comparándola con el reciente episodio ocurrido en Los Gigantes (Córdoba), donde la fractura de una geomembrana expuso el riesgo de contaminación masiva con uranio, radio y arsénico.

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“Lo que pasó en Los Gigantes no es un accidente aislado, es la prueba de lo que significa dejar pasivos nucleares sin control real durante décadas. En Mendoza tenemos dormida la bomba de tiempo más grande del país: Sierra Pintada”, afirmó Vadillo.

Una herencia peligrosa y sin remediación real

El complejo de Sierra Pintada funcionó entre 1979 y 1997, dejando toneladas de colas, lodos, aguas contaminadas y más de 5.200 tambores con residuos radiactivos enterrados. Si bien en 2019 se aprobó una Declaración de Impacto Ambiental para comenzar la “Fase I de remediación”, las auditorías de la UNCuyo evidenciaron que los avances han sido mínimos, lentos y sin transparencia.

“La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) promete planes que nunca se cumplen. Los informes de la universidad muestran que la limpieza es precaria, que el trasvase de aguas contaminadas no tiene datos verificables y que las licencias regulatorias ni siquiera están completas. Es un maquillaje, no una solución”, denunció el candidato.

Riesgo climático y estructuras vencidas

Vadillo también alertó que las estructuras de Sierra Pintada están en un estado crítico: “Los diques y membranas se construyeron hace más de 30 años y ya superaron con creces su vida útil. Hoy, hasta limpian el dique DN3B con pala a mano para no romper la membrana. Es una confesión explícita de fragilidad. A eso se suman los tambores corroídos que siguen enterrados desde los años ochenta”.

El referente del Frente Verde enfatizó que el cambio climático multiplica los riesgos: lluvias extremas, vientos Zonda de más de 100 km/h o un sismo moderado pueden desencadenar una catástrofe. “Un derrame en Sierra Pintada no quedaría dentro del predio: llegaría al Arroyo El Tigre, al Río Diamante y a los embalses y canales que alimentan viñedos, frutales y el turismo de toda la región”, advirtió.

Principio precautorio y soberanía ambiental

Vadillo sostuvo que el principio precautorio, establecido en la Constitución Nacional, la Ley General del Ambiente y el Acuerdo de Escazú, obliga al Estado a actuar de inmediato: “San Rafael necesita certezas, no promesas. Queremos saber cuántos metros cúbicos de agua contaminada se neutralizan cada mes, cuántos tambores se trataron en condiciones seguras y que las universidades y organizaciones sociales tengan acceso irrestricto a esa información”.

Por último, cuestionó la intención de reabrir Sierra Pintada en 2026 sin haber resuelto antes el pasivo ambiental: “No se puede hablar de soberanía nuclear si no hay soberanía ambiental. La verdadera independencia es cuidar el agua, la tierra y la salud de nuestro pueblo. Sierra Pintada es hoy una ruleta rusa nuclear y no podemos permitir que el Sur mendocino se convierta en el próximo desastre anunciado”.