Los Marcianos nos atacan

La historia de Space Invaders, el título que cumple 40 años y popularizó la industria de los videojuegos en el mundo.
domingo, 26 de enero de 2020 · 15:29

Dicen que si puedes soñarlo, puedes hacerlo. Y si no que le pregunten a Toshihido Nishikado, un japonés que a partir de un sueño cambió la historia de una industria con la creación de Space Invaders, ese juego en el que uno debía frenar a los alienígenas que venían a tomar el planeta.

Corría 1978 cuando esté desarrollador de videojuegos para la empresa Taito tuvo aquel sueño que lo despertó sobresaltado. Un año antes, George Lucas había lanzado Stars War (conocida por estos pagos como la Guerra de las Galaxias) y Nishikado confesó después haber sido influenciado también por la novela de Wells, “La Guerra de los dos mundos”.

El juego rápidamente revolucionó Japón y más tarde el mundo. Fue el primero de su especie en el que no se jugaba por tiempo, sino que tenías un número determinado de vidas, algo que hizo que los jugadores más avezados pudieran estar horas frente a la máquina.

Un chico de 12 años, armado con una escopeta, atracó un banco para conseguir monedas y otro de la misma edad, Eric Furrer, jugó 38 horas y media seguidas logrando 1.114.000 puntos convirtiéndose en un récord. Era tal la fiebre que hubo gobiernos que prohibieron el ingreso de las máquinas a sus países (Filipinas, Singapur e Indonesia).

La idea era que el jugador debía destruir a los invasores (que eran de tres tipos: calamares, cangrejos y pulpos, porque le recordaban a los alienígenas de la Guerra de los Mundos y, además, le parecía mal darles forma humana y que alguien se dedicase a matar seres de forma humana en un juego) que se iban acercando a la tierra rápidamente.

Cien mil máquinas se vendieron en Japón en los primeros tiempos y la "locura" hizo que la empresa Taito se viera en problemas para satisfacer la demanda. Fue ahí cuando la firma estadounidense Bally Midway aprovechó la oportunidad.  Compró la licencia y en 1979 hizo desembarcar a los "marcianitos" en Estados Unidos.  Fue tal el éxito, que Atari (mayor fabricante de consolas) consiguió salvar un negocio que estaba en proceso de quiebra.

Esa comunión de Space Invaders con Atari inició la primera edad de oro de los videojuegos. Era el juego que todos querían tener.

Nishikado tenía 34 años de edad cuando diseñó la jugabilidad, el arte y los sonidos como un proyecto individual. En la actualidad se arman equipos multidisciplinarios para desarrollar cada título.

El creador fabricó incluso una computadora especial para jugarlo. “’Space Invaders’, como todos los juegos de la época, sufría por las limitaciones del hardware y la lentitud de las velocidades de proceso, por lo que el desarrollo era una lucha constante", recuerda quien dice que no era un buen jugador.

La velocidad que iban adquiriendo los invasores a medida que se los exterminaba fue en realidad un bug (error) de programación, ya que el renderizado (pintado) de las naves en pantalla se basaba en la frecuencia del microprocesador. Cuando quedan menos elementos para procesar el renderizado es más rápido. Cómo el error añadía un plus se lo dejó.

La banda sonora fue uno de los puntos más importantes. Un ostinato de cuatro notas descendentes que se repetía a lo largo del juego y que iba aumentando su velocidad, aumentando la tensión del jugador.

 

Destacados

Llamativamente empresa Taito no registró la autoría del juego dando lugar a que surgieran múltiples imitaciones, pero llamativamente le prohibió a Toshihiro revelar que él era el creador.

 

El año pasado se anunció una Ataribox que saldrá este mes, una nueva consola que recreará al Atari 2600, y que, como no podía ser de otra manera, incluirá en su catálogo el popular juego.

 

Desde 1995 en diferentes capitales mundiales se pueden encontrar unos mosaicos de cerámica y pintura que representan figuras del videojuego. Todo es una iniciativa de un artista francés (Invader) que ha desarrollado el concepto de “invasión urbana” como forma de expresión de su arte.