De ser acuchillada a la final de un Grand Slam

Kvitova sufrió un ataque en 2016 que generó graves heridas en su mano izquierda. Retiro era el pronóstico y ahora define en Australia.
viernes, 25 de enero de 2019 · 18:58

A veces bastan un par de segundos para que la vida dé un vuelco. En los días previos a la Navidad de 2016 Petra Kvitova descansaba en sus casa de la apacible Prostejov, en su República Checa natal. Semanas antes le había dado a su país un nuevo título en la Fed Cup y se disponía recargar energías para un 2017 en el trataría de ir por su tercera conquista en un Grand Slam, tras coronarse en Wimbledon en 2011 y 2014.

Era el martes 20 de diciembre y sonó el timbre. Era un hombre que, según anunció, venía a controlar los medidores de energía, pero que al poner un pie en la casa amenazó a Petra con un cuchillo. Llegaba para robar. La tenista checa reaccionó casi si pensar y empezó a forcejear con el intruso, evitó el robo y un posible ataque mayor, pero sufrió heridas severas en cuatro dedos de su prodigiosa mano izquierda.

Por la tarde fue sometida a una intervención de casi cuatro horas para reparar tendones de los cuatro dedos afectados y dos nervios. Pese al éxito del proceso la inmensa mayoría de especialistas coincidían en que era “poco probable” que pudiese volver a jugar al tenis.

Aunque algo distinto tenía pensado Petra, quien en un primer comunicado tras el incidente dejó en claro su objetivo en una líneas en su Facebook: “En mi intento por defenderme, me hirieron gravemente la mano izquierda. Estoy conmocionada, pero me siento afortunada de estar viva. Y poder mover los dedos es el mejor regalo de Navidad que podría pedir. La lesión es grave, pero si algo saben de mí, es que soy fuerte y lucharé”.

 

A partir de ahí comenzó el lento proceso de recuperación, con largos meses sin poder tomar la raqueta, con la contención de familiares, amigos y mucha terapia. La vuelta fue en mayo de 2017 y un mes más tarde ya era campeona en Birmingham. El año siguiente fue todavía mejor, con títulos en San Petersburgo, Doha, Praga, Madrid y bicampeonato en Birmingham.

Pero Kvitova, quien en mazo cumplirá 29 años, tenía la cuenta pendiente de volver a pelear hasta las últimas instancias un Grand Slam, algo que no conseguía desde Wimbledon 2014. Y ahí aparece este Abierto de Australia para empezar a cerrar el cuento.

Sin fisuras y con un ritmo arrollador que la llevó a no perder ningún set en los seis partidos previos, este madrugada de Argentina disputará la final en Melbourne Park ante la japonesa Naomi Osaka. Habrá además un premio adicional: la que se proclame campeona será automáticamente la nueva número 1 del mundo.

Pero Petra no se marea: “Fue muy duro para mí ver este torneo por televisión hace dos años y estar acá y jugando tan bien me hace sentir feliz. Estoy viviendo como una segunda carrera y veo la vida de manera diferente a cómo la veía antes. Sé que esto es solo deporte, es solo tenis. Siempre que hacés algo, querés hacerlo lo mejor posible, por supuesto que perder sigue doliendo. Sin embargo, por otro lado, siempre me gusta mirar hacia atrás y ver lo que hice, lo que logré con el tiempo. Son como dos vertientes, pero siempre gana la vida”.

Fuente: TyCSports.

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