La Novena Sinfonía de Beethoven sonará en la Nave

La propuesta la ofrecerán la Orquesta Sinfónica junto a los Coros Universitario de Mendoza y de Cámara de la UNCUYO el viernes 28 y sábado 29 de febrero a las 21.30 en la Nave de la Casa de Estudios.
jueves, 27 de febrero de 2020 · 00:12

Organismos artísticos de la Universidad interpretarán la Sinfonía nº9 op.125 en Re menor “Coral” del compositor alemán Ludwig van Beethoven, una de las obras más trascendentales, importantes y populares de la música y el arte.

La velada será el viernes 28 y sábado 29 de febrero, a las 21.30, en la sala Chalo Tulián de la Nave UNCUYO (Maza 250 de Ciudad).

Allegro ma non troppo, un poco maestoso; Molto vivace; Adagio molto e cantábile; y Presto-Allegro assai-Allegro assai vivace, son los cuatro movimientos de la obra que interpretarán la Sinfónica, bajo la batuta del maestro venezolano Rodolfo Saglimbeni, junto a los Coros Universitario de Mendoza, que conduce Silvana Vallesi y de Cámara de la UNCUYO, dirigido por Fernando Ballesteros. A los artistas los acompañarán los cantantes líricos Griselda López (soprano), Gloria López (mezzosoprano), Marcelo Zelada (tenor) y Fernando Lázari (barítono).

Seis años le llevó a Beethoven terminar La Novena por encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres, obra que en 2002 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El pianista y director de orquesta alemán nació el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Arzobispado de Colonia, Alemania, y este año al cumplirse su 250 aniversario la Sinfónica dedicará un ciclo especial en su temporada de conciertos para interpretar sus grandes sinfonías.

Las entradas tienen un valor de 300 pesos para público en general y 250 pesos para estudiantes, personas  jubiladas y personal de la UNCUYO. Se consiguen en la boletería de la Nave de martes a sábados de 17 a 22, y también online en www.entradaweb.com. Para los estudiantes de la carrera de Música, los conciertos de la Orquesta son con entrada gratuita presentando el certificado de alumno regular.

Sobre la vida del compositor

Romain Rolland, en su célebre biografía de Beethoven, dedica al comentario musical de la Novena un capítulo de más de cien páginas, aunque se puede sintetizar así: “La Novena Sinfonía es una confluencia. En ella se han reunido y mezclado torrentes venidos de muy lejos y de las regiones más diversas; de sueños, de voluntades, de hombres de todas las edades. Y podría decirse también que, a diferencia de las otras ocho sinfonías, es una suerte de mirada retrospectiva que domina, desde una cima, todo el pasado. Es la evocación de la vida realizada por un espíritu entrado en años, recocido de heridas, que ha visto el fin, con frecuencia amargo o engañoso, de las esperanzas: tiene tendencia a ensombrecer y carece del poder juvenil de las ilusiones. Pero se empeña en hacerlo reverdecer; sueña acodado sobre el antepecho de la terraza, ante el espejismo hechicero de horizontes lejanos. Falta el cándido abandono del amor juvenil, del juvenil orgullo, de la juvenil ambición, de los llantos juveniles. Pero posee, en compensación, un presente comparable al de los dioses: el poder mágico del viejo Próspero, que se ha hecho dueño de esas fuerzas de la vida, de las que al mismo tiempo casi parece haberse desasido.”