The Beatles: A 50 años del día en que "el sueño se terminó"

Hoy se cumplen cinco décadas en que los cuatro de Liverpool anunciaron el final de la banda más grande de todos los tiempos.
viernes, 10 de abril de 2020 · 08:41

Tras varios meses de crisis internas y desencuentros, que lograron ser magistralmente maquillados con la publicación de canciones y discos brillantes, como el caso de "Abbey Road", Paul McCartney emitía, el 10 de abril de 1970, un comunicado de prensa en el que anunciaba el lanzamiento de un disco solista, con el que daba a entender de manera oficial que Los Beatles eran historia.

El escrito incluía un autorreportaje en el que el músico contaba que había “disfrutado mucho” trabajando en su álbum solista, que no había extrañado la participación de sus antiguos compañeros y que no preveía en un futuro nuevas colaboraciones junto a John Lennon, lo que originó titulares en los diarios en donde se afirmaba que McCartney abandonaba Los Beatles.

Sin embargo, la ruptura del grupo se había producido formalmente y mantenida en secreto cuando, avanzado 1969, John Lennon puso fin a una rutinaria reunión de trabajo, que llevaba horas y no lograba llegar a buen puerto, anunciando que se alejaba del grupo.

“Lo que estoy diciendo es que dejo el grupo. Quiero el divorcio, así como me divorcié de Cynthia”, dijo Lennon, quien comparó esa situación a la de su sinuoso primer matrimonio, cuando el resto de la banda le preguntó por qué se oponía sistemáticamente a cada propuesta que hacía su antiguo socio compositivo.

En la andanada de festivales que se realizaban en aquellos años, Paul insistía, como lo había hecho en los meses previos, en la necesidad de la banda de volver a las actuaciones en vivo, que habían abandonado en 1966, hartos del asedio de los fans y las malas condiciones de sonido.

Paradójicamente, Lennon tomó coraje para abandonar The Beatles, una decisión que venía madurando desde hacía un tiempo, tras su debut solista en el Toronto Rock and Roll Revival, que se desarrolló el 13 de septiembre de 1969, un festival del que también participó The Doors y significó la presentación en sociedad de Alice Cooper, a partir de un escandaloso show.

En esa oportunidad, junto a una banda de apoyo formada de apuro para la ocasión, que incluía a su esposa Yoko Ono; al guitarrista estrella Eric Clapton; al futuro baterista de Yes Alan White, y al bajista de Manfred Mann, antiguo amigo de Hamburgo y diseñador de la tapa de “Revolver”, Klauss Voormann; Lennon comprobó que había vida musical para él luego de The Beatles, algo que en el fondo lo aterrorizaba.

Lo cierto es que en esa reunión, luego de una ardua discusión, convencieron a John para que mantuviera en silencio su decisión de modo que no interfiriera en los planes comerciales del grupo, que tenía varios contratos firmados, por lo que el anuncio con bombos y platilos de Paul, meses más tarde, fue la gota que rebalsó el vaso en un encono que existía previamente y que duró varios años. Incluso, se trató de una relación que nunca pudo volver a encauzarse, más allá de algunos encuentros esporádicos.

La separación del grupo fue, en realidad, un largo proceso que se inició de manera silenciosa con el fin de las giras y la muerte del manager Brian Epstein en 1967, a partir del crecimiento de cada uno de los miembros de la banda como individuos. Fue en ese lapso en el que desaparecieron los flequillos y los trajes que los uniformaba, y comenzaron a surgir diferencias que los distanciaron.

Pero el colmo llegó en enero de 1969 cuando el proyecto de McCartney de grabar un nuevo álbum que dejara de lado los trucos de estudio, rescataran el espíritu de la banda tocando en vivo y fuera documentado para un filme, resultó un verdadero caos que aumentó las tensiones y dejó en evidencia que el final estaba sentenciado.

Se trató de “Let it be”, una traumática experiencia que acumuló horas de cintas de grabación y filmaciones, registradas por Michael Lindsay-Hogg, en donde no faltan las discusiones y las caras de tedio. El mal clima provocó que el histórico productor George Martin presentara su renuncia y afirmara que no volvería a trabajar nunca más con el grupo.

El único momento en el que la antigua magia pareció aflorar fue en el improvisado concierto en la terraza de las oficinas de Apple, organizado de apuro ante la falta de acuerdo en torno al escenario en donde debía realizarse este cierre.

En tanto, a lo largo de 1969, Lennon se concentró en sus campañas por la paz, junto a Yoko Ono, que en cierta forma servía no sólo como distracción para la prensa de lo que ocurría en el seno del grupo, sino también que allanaba el camino a McCartney para convertirse en el líder indiscutible de la banda.

En tanto, George Harrison, cansado de ser relegado a un segundo plano, comenzaba a planificar una carrera solista mientras volvía a beber de las fuentes en las giras en las que se anotaba como anónimo músico en escena de su amigo Eric Clapton.

Por su parte, Ringo Starr, que oficiaba de mediador a raíz de su buen carácter, comenzaba a hartarse de ese rol y encontraba refugio en Hollywood, en donde podía sacar a relucir su histrionismo.

Como una estrategia planificada, Los Beatles lograron disfrazar los problemas internos con la grabación y publicación de “Abbey Road”, una pieza maestra para la que todos acordaron hacer una especie de “fumata blanca”, condición que puso George Martin para volver a trabajar con ellos.

En tanto, el productor Phil Spector, quien desde hacía mucho ansiaba colaborar con Los Beatles, recibió las cintas del proyecto “Let it be” para que “hiciera algo decente con ellas”.

A diferencia de Martin, quien se caracterizaba por realzar las canciones originales con valiosos aportes realizados desde sus vastos conocimientos musicales, aunque respetando el carácter de sus autores; Spector solía imprimirle su reconocido sello a su labor, lo que alteraba el espíritu inicial de cada composición.

El resultado el trabajo de Spector satisfizo a todos los integrantes, menos a McCartney, quien no toleró los retoques de producción de sus canciones y no encontró eco a sus quejas para que se frene la salida del álbum.

Resignado a no tener injerencia ni siquiera en su propia obra, llamó a Lennon, le comunicó su decisión de abandonar el grupo, lo cual fue bien tomado por su compañero, aunque no le advirtió que lo anunciaría públicamente ni que planeaba publicar un disco solista que saldría a la venta el 17 de abril de 1970, misma fecha de lanzamiento prevista para “Let it be”.

Tras varias idas y vueltas, que incluyó un fallido intento de mediación de Ringo ante Paul para que reviera su postura, la obra póstuma de Los Beatles vio postergada su publicación hasta el 8 de mayo.

Con acusaciones públicas cruzadas, chicanas y declaraciones rimbombantes a la prensa, el final de Los Beatles resultó tan tumultoso como la década a la que representó.

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