Nueva realidad para los espectáculos en vivo

lunes, 7 de septiembre de 2020 · 07:45

por León Repetur especial para MendoVoz

Sabemos que tras esta etapa tan dura, nada volverá a ser igual. Cuando la pandemia sea reducida en sus efectos o solucionada (¿?) por la vacuna, el retorno de los espectáculos en vivo deberán incorporar grandes modificaciones. Cuanto antes comencemos a pensar como enfrentaremos el desafío, antes lograremos reactivar al sector.

Varios son los temas a encarar: infraestructura, aforos, cuidados sanitarios y de higiene, características de las obras a presentar o a visualizar, ensayos y preparación de obras y recitales, horarios de realización, formas de ingreso del público, costos fijos y variables a tener en cuenta, rol del estado, rol de los medios de comunicación, mix de presentaciones en vivo y streaming, comercialización de entradas, patrocinios y sponsoreo.

Mendoza no se puede quedar estancada en el “no se puede”, “no tenemos presupuesto”, “todo está en función de la pandemia”, y otras excusas por el estilo, que no hacen más que demostrar la escasa capacitación y conocimiento de la Gestión Cultural pública, privada y asociativa.  

Para empezar por algún lado he elegido el tema Infraestructura.

 

Espacios adecuados y adaptados a la nueva realidad.

He comentado en otras notas la similitud de las políticas de salud con las políticas culturales. Cualquier política sanitaria requiere: espacios de formación y capacitación; centros de atención primaria públicos; centros de distinta complejidad privados, de mutuales, sindicatos y obras sociales; centros públicos de alta complejidad y especializados. Quizás en esta pandemia hemos visualizado con mayor precisión estos espacios, sus fortalezas y debilidades.

En cultura y en relación con la Industria del Espectáculo, también se requieren espacios similares a los de la salud: espacios de formación y capacitación (tecnicaturas y carreras de grado, academias, estudios, casas de intercambio artístico, espacios de experimentación). Centros Culturales públicos, asociativos y privados en los barrios y distritos carentes de ellos. Espacios culturales de distintas dimensiones, privados, públicos y asociativos administrados por el Estado y por emprendedores o gestores al servicio de organizaciones asociativas. Centros Culturales de Excelencia que normalmente están administrados por agentes de la administración pública y dependen del enfoque político cultural del Ministerio correspondiente. Esta red, con mayor o menor grado de desarrollo, nos habla del estado de la infraestructura cultural disponible y de las prioridades en nueva infraestructura a generar

En todos los espacios existentes, hay que ir pensando los nuevos protocolos, pos pandemia o adecuados a las condiciones sanitarias que vayamos logrando.

 

En los espacios públicos

Sin entrar en detalles, podemos imaginar situaciones similares en estos espacios cerrados

(teatros, cines, salones multiuso, etc. )  que se encuentran enclavados en todo el territorio provincial. Hay que pensar en relación a los públicos:

Aforos: definir, según las normativas y los usos que se están instalando internacionalmente,  las cantidades de espectadores por sala. Se está reduciendo la cantidad total a un 40 % promedio. O sea una sala de 200 butacas solo podrá comercializar 80. Una de 700, se reducirá a 280. Y siempre manteniendo la distancia de 1,5 a 2mts entre espectadores sentados.

Público: al ingreso: desinfección de manos de los asistentes; desinfección de calzados; portación obligatoria de barbijo; detección de temperatura corporal, presentación de declaración jurada con DNI de los asistentes y ticket real o virtual con asiento numerado. Sin venta física de entradas, solo a través de celular o apps. Organizar ingreso por horario y por filas. Prohibido el ingreso con bolsos, mochilas y alimentos.

Normas generales de higiene: desinfección de sala, butacas y foyer 20 minutos antes de dar ingreso, desinfección permanente y  adecuación de baños con entrada limitada y solo para urgencias; uso de aireadores dentro de la sala; limitación del uso de acondicionadores de aire.

Cuando en un espacio hay más de una sala, caso Le Parc, será necesario ordenar los ingresos a las distintas salas por horarios diferenciados para evitar aglomeraciones y/o superposiciones de público.

Una vez finalizados los espectáculos, el público deberá retirarse en forma ordenada, respetando el orden de filas y monitoreado por el personal de sala. El público no podrá permanecer ni en la sala, ni el foyer, una vez finalizado el espectáculo.

Horarios: se deberán respetar rigurosamente. Tanto el ingreso del público en tandas ordenadas según filas, como la salida, en tandas y hacia la calle, sin detenerse ni el foyer ni en los baños (si así fuera necesario). Y también habrá que adecuar los horarios a la nueva normalidad, que seguramente se irán imponiendo: entrada a las 19 horas y salida a las  23 horas. (esto en función de los horarios del transporte público y /o de jornada de trabajo).

 

Nuevos diseños de espacios públicos

Además de los actuales espacios públicos con sus protocolos, será necesario pensar en nuevos tipos de espacios, que amplíen la oferta y operen como espacios culturales de cercanía. Hemos comprobando durante la pandemia la importancia de los negocios de cercanía, que nos permitieron movilizarnos menos y reactivar los intercambios entre agentes menores y no monopólicos de la economía. En lo cultural también puede ser una oportunidad para descentralizar los espacios de apreciación artística y motivar a un mayor protagonismo cultural de nuestros ciudadanos.

En ese sentido y en primer lugar, la capacidad ya instalada de espacios al aire libre puede ser incorporada en forma sistemática a la oferta cultural de la pospandemia. Todos los municipios disponen de parques con espacios escénicos al aire libre, con gradas y camarines. Deberían desarrollarse protocolos para su uso y aprovechamiento en horarios diurnos y eventualmente para horarios nocturnos, disponiendo de aforos ajustados y con  las posibles ubicaciones de los asistentes al ingreso para respetar el distanciamiento.

 

Carpas Culturales – Teatros de títeres permanentes - Librerías ambulantes

Las experiencias de gestión cultural y el desarrollo de nueva infraestructura artística, internacionales nos dan muchas pistas, que podemos replicar en Mendoza.

En Brasil se desarrolló en Rio de Janeiro el Proyecto Lonais Culturais (Carpas Culturales).

Los Carpas Culturales Municipales de Río de Janeiro tienen en común un espacio abierto - arena semicircular cubierta por lona sintética (de ahí el nombre característico de estos espacios), provista de una tribuna en forma de herradura y una pequeña pista en el centro; con escenario  (adaptado por la mayoría de las administraciones para escenario tipo italiano) con iluminación y equipamiento de sonido básico. Son estructuras permanentes que operan en muchos barrios y zonas como espacios culturales de cercanía, con capacidad entre 300 y 400 personas.

Estas carpas culturales pueden ser instaladas en distintos espacios de Mendoza y establecer mecanismos de co- administración y co -gestión entre el Estado Provincial y/o Municipal, con las organizaciones vecinales y los grupos de Cultura Viva Comunitaria. Con sus propios protocolos y plan de manejo específico. Podríamos tener un circuito cultural de bajo costo de construcción y de alto rendimiento territorial.

Otro proyecto que se implementa en algunas plazas europeas es el de los Retablos de Títeres Permanentes. Son pequeños teatrillos, cerrados, con un aforo de 50 personas sentadas en gradas. Estas estructuras permiten la itinerancia de elencos de títeres por las plazas. Con una entrada accesible, facilitan el trabajo y el crecimiento de este tipo de propuesta artística.

También , en las plazas, y ya saliendo del espectáculo, se permite la instalación de  Carromatos muy atractivos en su diseño, que operan como Bibliotecas de cercanía y como Librerías con venta al público, que podrían ser gestionadas por las Bibliotecas Populares en el territorio donde estas están funcionando.

Existen otras experiencias de infraestructura adecuada para pensar en dinamizar la práctica artística y cultural en el territorio, rompiendo con las dinámicas centralizadoras y especuladoras, tan propias de la etapa que estamos dejando atrás a causa de la pandemia.

El gran desafío es pensar la nueva normalidad, con despliegue territorial, con costos razonables, aprovechando todos los espacios públicos y con la vista puesta en mejorar los servicios públicos de cultura y generar trabajo y desarrollo cultural con justicia social.