Godoy Cruz vivió una gran noche folclórica

El folclore de diversas latitudes tuvo su gran noche ayer en el teatro Plaza, de Godoy Cruz, con un concierto que reunió a Marcelino Azaguate, Carolina Peleritti y el Coro Cantapueblo para rendirles tributo a las grandes voces de nuestras raíces.

El espectáculo estuvo atravesado por tres maneras diferentes de sentir e interpretar sonidos íntimamente ligados a nuestras costumbres, como también el amor y el respeto a la mujer, y la belleza que encierran los paisajes de la geografía autóctona.

La danza también se hizo presente con la participación especial de Virginia Paes y Martín Giménez, en representación del Ballet de la Municipalidad local, y Melisa Persia junto a Gustavo Bilbao, del ballet Nuyum

Fue Azaguate quien, como buen anfitrión, dio la bienvenida a la música que puebla el suelo argentino y latinoamericano recogiendo la voz de reconocidos cultores. Este verdadero músico de raza fue hilvanando en su cantar una fusión entre la tradición americana y un genuino compromiso cultural, ligado a los afectos, la tierra y la identidad de los pueblos.

Acompañado por los músicos Hugo Verón (guitarra), Flavio Riollo (bajo), Pablo Azaguate (percusión) y Llahue Azaguate (batería), el compositor de ascendencia huarpe hizo gala de su sensibilidad vocal al interpretar obras de reconocidos autores populares, en donde se destacaron su homenaje a Violeta Parra con Arriba quemando el sol y las composiciones de su último disco: De hierro y barro.

Luego de esta profunda conexión con nuestra cultura, la cautivante presencia de Peleritti se adueñó del escenario en compañía del guitarrista Juan Pablo Ferreira. En su primera visita al departamento como cantora, su voluptuosa voz atravesaba el auditorio para transmitir una inmensa paz y el inquebrantable latido de autores emblemáticos.

Luego de compartir junto a Azaguate la tonada Los pensamientos, Peleritti posó su cantar encendido en Aleteo, un aire de huayno de composición propia, y en icónicas obras como la tonada La enredadera y el ceibo, el vals Por qué será que parece, otra dedicatoria a la inmortal artista chilena Parra con Amigos tengo por cientos, a Raúl Carnota con Como flor de campo y a Peteco Carabajal con la chacarera Cantando le pido al sol, entre otras piezas con las que endulzó los oídos de todos los asistentes.

Posteriormente, el elenco municipal dirigido por Nancy Ciccioli se ensambló en la sala mayor de Godoy Cruz. Con una destacada actuación en conjunto que fue sumando voces solistas en algunos tramos, el ensamble presentó lo más sobresaliente de su próximo nuevo disco, que atesora material de intérpretes de nuestro país.

Con el acompañamiento de Dante Ochoa (guitarra) y Quique Öesch (percusión), las voces se multiplicaron para dar vida a Soltando coplas, del dúo Orozco-Barrientos; el Caluyo del desierto,  de Sandra Amaya, Piel y barro, De sal y de luz, y la Chacarera del exilio, de Raly Barrionuevo.

En el final, cantantes, instrumentistas y coreutas se fundieron en una poderosa versión de La maleza, para coronar una noche que revivió el poderío de nuestro cancionero.