La familia Cortés y una historia de película

Una vida de película, un amor que nació en una sala de cine y una familia godoicruceña que lleva el séptimo arte en las venas: los Cortés.

Lito (Luis), el encargado del Cine Teatro Plaza, llega caminando por uno de los pasillos que tantas veces recorrió, se sienta en una de las butacas con la comodidad que otorga el hogar y cuenta su historia, la de su padre Luis y la de su mamá Elena.

“Mi viejo vendría siendo la versión mendocina de Toto (protagonista de la película Cinema Paradiso), exactamente lo mismo. Hasta conoció a mi vieja en el cine en una época en la que fue caramelero”, dijo entre sonrisas.

Luis Cortés padre dedicó 62 de sus 75 años a la pantalla grande. La sala de proyecciones del Plaza lleva su nombre desde 2015, cuando fue homenajeado en vida en el Festival Mirada Oeste.

Trabajó en todos los cines de barrio de Mendoza. A los 10 años llegó al Cine Sportman, de Villa Hipódromo, de la mano de su hermano.

Fue cadete, realizó tareas de limpieza y vendió golosinas antes de dedicarse a la proyección de películas, un oficio que requería de precisión, técnica y una gran dedicación.

Durante décadas llevó risas, llantos, adrenalina y suspiros a miles de personas con su trabajo, con su pasión. Una pasión que fue reconocida mientras vivió y tras su fallecimiento.

“Es un orgullo que le hayan hecho el homenaje cuando estaba vivo y después hacerle una Vendimia recordándolo es un gran honor y me pone muy contento”, dijo Cortés, refiriéndose a la fiesta departamental 2018: Teatro de la Mil Vidas.

¿Qué significa el teatro y el cine para esta familia?: “Es magia, el poder que tiene de llevarte con la imaginación a otros lugares, de convertirte en un súper héroe, en un médico. Esa magia que ha unido a tantas familias”, cerró Lito.