El sueño casi cumplido para los Solcitos de La Primavera

El jardín maternal de Guaymallén está pronto a inaugurar su propio edificio pero aún le falta equipar el sector de juegos. Colaborá.
jueves, 1 de junio de 2017 · 17:45
El jardín maternal municipal Solcitos de La Primavera está muy cerca de cumplir su sueño: el de tener su propio edificio. Luego de haber superado varias adversidades y gracias a la ayuda de diversos sectores de la sociedad mendocina, la institución inaugurará en las próximas semanas su nueva sede. Pero aún queda un detalle pendiente para que esté todo listo para ese día, faltan los juegos infantiles para equipar el patio y que los chicos disfruten de una sana recreación.

El establecimiento ubicado en el distrito La Primavera lleva adelante una gran tarea. Se encarga del cuidado y educación de los hijos de cosechadores rurales que deben pasar largas horas del día trabajando. 

Hace tres años, la institución sufrió innumerables pérdidas tras un robo y, ante la preocupación de los medios de comunicación, salió a la luz la valiosa labor que el personal docente realiza allí.

MendoVoz se comunicó con Alejandra Pastrán, la directora del establecimiento, quien comentó que después del robo, "surgieron muchos proyectos para beneficio del establecimiento, entre ellos el de Vendimia Solidaria, a través del cual se propuso la construcción de un nuevo edificio –propio- más acorde y seguro para los niños y para que la institución dejara de alquilar”.

A partir de esta iniciativa, se llevaron a cabo diversas actividades con el apoyo de la comunidad a fin de reunir fondos y se logró equipar nuevamente al jardín de todos aquellos objetos que le habían sido robados, como microondas, batidora, elementos de cocina, ollas, radiograbadores, ventiladores, entre otras cosas.

"A través de la Municipalidad y de Vendimia Solidaria se comenzó la construcción en febrero de este año y el edificio se inauguraría a mediados de junio. El terreno fue donado por la unión vecinal, que también facilitó la construcción de la red de agua”, agregó Pastrán.


Lo que falta

El nuevo edificio tiene las necesidades básicas cubiertas pero aún le falta equipar la zona de recreación para los niños.

"El jardín, gracias a Dios y a la colaboración de mucha gente, ha podido rearmarse después del robo y ahora está pronto a inaugurar el edificio con muchos elementos nuevos para los chicos. Lo que nos está faltando es poder equipar los patios de juegos”, comentó la directora.

El terreno tiene 2.300m2 y una superficie cubierta de 300m2. En el espacio descubierto está proyectado armar una huerta con la colaboración del INTA, diseñar una lavandería ya que se lava ropa blanca permanentemente y dotar la zona de juegos para el disfrute de los pequeños.
"La idea es colocar juegos recreativos, como columpios, toboganes y arenero, y dejar una zona para educación física, ya que contamos con una profesora y tanto los chicos como grupos de mamás hacen actividades durante la semana. Por eso necesitamos adecuar un espacio con implementos de educación física”, explicó la docente.

Aparte de las necesidades edilicias, el jardín junta mediante donaciones o eventos, productos como pañales, harina, azúcar, leche, ropa de vestir, colchones, ropa de cama, toallas, toallones, toallitas húmedas y juguetes, que son los elementos más utilizados por la institución.

Quienes deseen colaborar, deberán comunicarse al jardín Solcitos de La Primavera,  a los teléfonos 4821561 ó 2613634496.

Una gran labor

El jardín nació hace 12 años, como un proyecto conjunto de las instituciones de la zona y la Municipalidad de Guyamallén, por la necesidad de los trabajadores agrícolas de contar con un lugar donde dejar a sus hijos mientras trabajaban y no tener que llevarlos consigo, con los riegos que eso conllevaba. 

La institución tuvo su primera sede en una casa alquilada por la Unión Vecinal de La Primavera y, luego, se mudó a otro edificio del que se hacía cargo el Municipio. Actualmente la matrícula es de 145 niños, repartidos en tres turnos (mañana, tarde y vespertino). Hay salitas para niños desde los 45 días hasta los tres años y un Centro de Apoyo Educativo (CAE) para chicos de 1º a 4º grado. Se trabaja todo el año, de enero a diciembre, ya que en verano es donde los trabajadores están más complicados por la temporada de cosecha. Los chicos están amparados bajo el programa Buena Cosecha, por el que permanecen jornada completa en el jardín en la época estival. 

"El objetivo del jardín siempre ha sido trabajar en comunidad. En un principio la institución se autogestionó mucho y después, gracias al trabajo y los proyectos realizados, comenzó a ser reconocida la labor del personal docente por todas las necesidades que cubría. Muchos trabajadores golondrina se empezaron a asentar en la zona al tener quien cuidara de sus niños, muchas familias pudieron comprar un terreno y hacer sus casitas y, de alguna forma, se pudo contener a los chicos para que no estuvieran en las chacras o al cuidado de hermanitos mayores”, explicó Pastrán.